A poco más de un año de iniciada la Gubernatura de Marina del Pilar Ávila Olmeda, la noticia del cambio de Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Baja California vino a caer como un respiro en el momento más oportuno ante la cada vez más caótica situación de inseguridad que afecta considerablemente a nuestra entidad.

Prácticamente era cuestión de tiempo para que los más cercanos a la Gobernadora de BC le sugirieran los cambios oportunos en la estrategia de seguridad que se sigue en el estado, comenzando por remover al Secretario de Seguridad, General Gilberto Landeros Briseño y en su lugar colocar a otro General de nombre Leopoldo Aguilar Durán, quien recibe a Baja California en el cuarto lugar nacional en asesinatos.

Al General Gilberto Landeros Briseño se le recordará como uno de los más férreos en contra de que a los policías municipales de la entidad se les permitiera portar sus armas de cargo en todo momento ante los incidentes que se registraron contra algunos agentes que fueron asesinados durante este año, por lo que la llegada del General Leopoldo Aguilar pudiera mantener esa misma postura institucional del Ejército que en su momento asumió el ahora exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana de BC.

Entre los diversos sectores de la sociedad civil organizada el cambio de Secretario de Seguridad de Baja California cayó muy bien y necesario ante la problemática de inseguridad que demanda una verdadera estrategia de seguridad acompañada de mayor coordinación entre los tres órdenes de gobierno e incentivar con mayor énfasis la participación ciudadana.

En este sentido, se espera que la Alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero Ramírez, también haga lo propio para relevar al ya cada vez más desgastado Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, José Fernando Sánchez González, quien prácticamente a poco más de un año del Gobierno municipal fracasó en su estrategia de contención de los asesinatos en la ciudad.

Tal como lo advertimos en su momento en esta columna de opinión, si la Alcaldesa de Tijuana no corregía el rumbo en materia de seguridad, empezando por el cambio de Secretario de Seguridad, el fracaso de la estrategia de contención que en su momento ella anunció estaba condenado al fracaso.

Sería cuestión de tiempo y así sucedió, Tijuana acaba de rebasar los
2 mil homicidios en lo que va del 2022, colocando a este primer año de Gobierno como uno de los cuatro años más violentos en la historia de la ciudad, además de mantener el deshonroso primer lugar nacional en asesinatos en el país.

Muy cuestionado ha sido el Secretario de Seguridad de Tijuana, José Fernando Sánchez, por mantenerse totalmente alejado de la sociedad civil organizada, la misma que años atrás fue partícipe de la recuperación de la paz y tranquilidad de esta ciudad fronteriza.

Al todavía Secretario de Seguridad de Tijuana se le ha cuestionado sobre la efectividad de los programas de prevención del delito que se han puesto en marcha en diversas colonias con mayor incidencia delictiva, sobretodo en lo que a seguimiento y puntual medición de los mismos se refiere.

Recientemente, en la última sesión extraordinaria del Subcomité Sectorial de Seguridad y Protección Ciudadana del Instituto Municipal de Participación Ciudadana (IMPAC) del XXIV Ayuntamiento de Tijuana, en donde su servidor tiene una Vocalía representando a la organización Ciudadanos Unidos por la Seguridad y el Bienestar de Tijuana, acudió el Secretario de Seguridad José Fernando Sánchez para detallar los avances trimestrales de la dependencia a su cargo.

Ahí precisamente en esa mesa de ciudadanos que con trabajo alcanzó el quórum para sesionar por la decepción de los vocales de ver que el Secretario no escucha ni atiende las observaciones que se hacen sobre la estrategia de seguridad que se aplica en la ciudad y la necesidad de corregir las acciones preventivas a través del catálogo de programas con que cuenta la Dirección de Prevención del Delito, el Secretario se vio muy cansado, estresado, agobiado de la responsabilidad que le ocupa al frente de la seguridad de Tijuana.

Ya para nadie es un secreto que la salida del Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tijuana podría darse en cualquier momento ante el fracaso de la estrategia por recuperar la tranquilidad de las familias tijuanenses.

Dicen los más cercanos a la primera edil, que sobre el escritorio de la Alcaldesa Monserrat Caballero Ramírez se barajean ya los perfiles del relevo de Fernando Sánchez, por lo que tal decisión sin duda deberá tomar en cuenta la necesidad de que el próximo en ocupar esa responsabilidad realmente haga un esfuerzo extraordinario por acercarse mucho más a la sociedad civil organizada y comenzar a trabajar en una estrategia integral que permita alcanzar resultados satisfactorios durante el 2023.

Igual de importante será que el próximo Secretario de Seguridad de Tijuana sea un perfil muy cercano a la tropa, ya que actualmente los policías municipales están muy decepcionados de que quien comanda la Secretaría no se identifica con los agentes que realizan la tarea más difícil en las colonias y fraccionamientos de esta ciudad fronteriza, tratando de recuperar la confianza de los ciudadanos de bien que desean que las cosas por fin cambien para bien en materia de seguridad pública.

Muy difícil la elección del mejor perfil para el relevo en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Tijuana pero sin duda cada vez más que necesaria, porque si la Alcaldesa realmente quiere dar resultados en 2023 a sus gobernados, tendrá que separar el cariño por la amistad que le guarda a José Fernando Sánchez y escuchar por fin a los sectores de la sociedad que piden la llegada de un nuevo
secretario de Seguridad.

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