Que el póster promocional no los engañe. Señora Inflluencer es la película mexicana más atrevida y propositiva que se han producido durante los últimos años. Luce como una comedia blanca y panfletaria y resulta ser una trama llena de humor negro, gore, violenta, de suspenso y terror que aborda los temas de salud mental y del bullying social en las redes sociales.
Mónica Huarte interpreta a Fátima, una mujer de 40 años con una discapacidad intelectual que descubre las redes sociales y decide ser influencer luego de acudir a terapia con una coach, con prácticas poco profesionales. Su autenticidad para interpretar al mundo y expresarse la lleva a la fama y a involucrarse con dos jóvenes influencers consumadas. La relación despertará la personalidad de Fátima, se autoexplorará y todo perderá control llevándola a extremos desquiciados detonados por el manejo de la fama.
Tanto la historia y el guion tienen el acierto de combinar el estilo de vida de los influencers en redes sociales y los problemas de salud mental, incluso de enfocar a los adultos que enfrentan el reto de actualizar su forma de comunicarse en las vías digitales. Carlos Santos, como director y guionista tiene un gran acierto, aunque hay escenas en donde se aprecia el potencial de mejorar el guion, sobre todo en los torpes bailes de Fátima en el primer tercio de la película.
Tal vez el nombre Señora Influencer tampoco nos diga mucho del potencial de la trama. Lo que si debemos reconocer es que los problemas de salud mental, específicamente en perfiles con discapacidad intelectual, pueden producir suspenso por si solos al ser impredecibles al conducirse, reaccionar e interpretar su realidad. Carlos aprovecha el perfil en el personaje de Fátima que tiene una construcción lo suficientemente sólida para transitar entre la ternura y la comedia, atravesando por la burla, el bullying y terminar en el terror, todo entrelazado mediante el suspenso.
Las actuaciones en tono de sátira logran una crítica al estilo de vida de los influencers y en general sobre la forma en la que vemos a la fama como una meta, reflejados en los personajes de Camila y Sofi Fojo, interpretadas por Diana Carreiro y Macarena García.
Es chistosa, es grotesca, es atrevida por abordar temas poco explorados en el cine mexicano y en cartelera. Es refrescante para el cine mexicano, que se aleja de la violencia y del cliché de la comedia romántica.