Tetris, la película estrenada en 2023 directamente al streaming en Apple TV plus es un desperdicio, pero en el mejor sentido, pues los productores dejaron pasar la oportunidad de que Taron Egerton lograra la nominación a mejor actor y Noah Pink como mejor guion. Tetris es una gran película inspirada en hechos reales, que se toma muchas libertades para lograr contar un entramado detectivesco, entre el suspenso y el drama que la hacen una película emocionante.
En Tetris seguimos la historia de Henk Rogers, interpretado por Egerton, un desarrollador de tecnología dedicado a la programación, producción y distribución de videojuegos en la década de los 80 en Japón. En una exhibición descubre al videojuego Tetris; y decide invertir sus ahorros y patrimonio en los derechos del juego y proponerle a Nintendo hacerse socios, pero al hacer el compromiso descubrirá que los derechos de autor siguen bajo el control de la Unión Soviética, lo que lo llevará a enfrentar el malentendido. Roger viajará a Moscú y tratará de negociar con un gobierno con una visión contrastante a las libertades y la economía del resto del mundo.
Puede ser controversial, pero Tetris es una película de cinco estrellas de cinco. Es emocionante, es vibrante, es histórica, está llena de referencias inteligentes, del mundo geek y con una dirección de Jon S Baird que luce en su agilidad y diseño de producción.
SI nos apegamos a la historia, Tetris nos narra el periodo de 1987 a 1989, pues son los años en los que existe la controversia por los derechos de explotación comercial del videojuego de origen soviético en computadoras, la disputa por las consolas y hasta el desarrollo final de los portátiles por parte de Nintendo en Japón.
El pequeño gran paréntesis de los portátiles es el ingrediente que aporta emoción y peso al drama de la historia, el valor inesperado que catapulta la fama que logró Tetris. Incluso logramos dimensionar que el Game Boy de Nintendo no hubiera logrado su éxito sin Tetris, ni viceversa, considerando que fue una propuesta monocromática a la venta en 1989 en contraste con el Game Gear de Sega a color en 1990.
Pasando por alto que los personajes están caricaturizados y se toman libertades creativas para evitar profundizar en las motivaciones de nuestros protagonistas y villanos; lo que destaca es el diseño de producción, pese a que las escenografías se sienten acartonadas, por momentos grises.
Lo que luce es la creatividad, los colores y tonos ayudan a que resalten los gráficos que emulan los 8 bits, el pixelaje de los videojuegos de la época; incluso de la caricaturización del diseño de personajes rusos que los llena de estereotipos que es fácil identificar la trama, incluso de adivinar lo que podría ocurrir, aunque lo atractivo sigue siendo la forma en la el guion va resolviendo los obstáculos como si fueran una aventura, un videojuego de road trip.
Se la van a pasar bien, la van a disfrutar. Si han jugado Tetris la van a comprender; si tuvieron Game Boy, la van a amar.