Un poco de historia y contexto: fue Italia quien regaló al mundo la costumbre de ir al bar a tomarse un capuchino, un spritz, o ver la vida pasar. Fueron los italianos quienes crearon, el proceso “express” “espresso”, café a presión, dentro de sus templos sociales y culturales, al grado de tener denominación de origen el expreso italiano, lo sirven baristas, jóvenes y viejos.

La cultura del café se valoró, al grado de proteger su creación, cómo un platillo de denominación de origen “D.O.E.”  Los Baristas Italianos comenzaron a expeditarlo de la manera más rápida posible, a través de La Pavoni, (primera máquina dispensadora de café), entre los años 1910 y 1920, en plena época de guerra y el nacimiento de los “boomers”. En pocas palabras, el mood de “ni tiempo para convivir porque hay qué reconstruir”

100 años después… El mundo se encuentra danzando con una pandemia, haciendo qué tiemblen todos los servicios vitales: el servicio al cliente, servicio público, servicio médico y hasta el campo científico.  Estirados al máximo, cómo le dicen en la industria: “burnout”, (del anglicismo o slang en inglés) en español “qué se extingue”.

¿Por qué actualmente en la ciudad fronteriza de Tijuana, las cafeterías se quedan sin personal?

1 Del sueño, a la pasión, a la inflación.

Sueño de abrir una cafetería cómo emprendedor es un enorme reto, conlleva trabajar más horas de las qué uno laborará normalmente. De trabajar 6 días 8 horas, trabajarías 24\7.

La pasión desbordada ciega a un ambiguo emprendimiento de negocio, del cuál pensar qué la falta de experiencia (tiempo) y falta de conocimiento empírico no es un factor importante.

La inflación, es la tercera decepción. Cuando está ausente una guía clara hacia el buen emprendimiento, aunada a la condición bi-nacional qué otorga al ciudadano promedio qué obtiene un cheque de 300 usd  a la semana (unemployment),  y la saturación de mercado pone todos los elementos para qué la persona simplemente siga la tendencia a desaparecer, a extinguirse.

2. Nueva generación, ¿podría crear nuevos estándares? 

Impuestos por ellos mismos, creando sus propias reglas y palabras, peleando por cambiar lo ya impuesto por el mismo tiempo y los mismos boomers. Dejando a la generación millennial en medio de un cuestionamiento de perpetuación o cambio de cánones. 

Es evidente qué hace más falta educación financiera y emocional. Ambos son los elementos precursores del burnout qué tanto aqueja a la industria del servicio, probablemente lo veas, en un letrero de se solicita personal.

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