Para cerrar la historia en la tercera temporada de El Chapo, los guionistas y productores optaron por hacer uso de teorías de conspiración de la talla de La Mafia del Poder al grado que perdieron el enfoque en el protagonista y ahora el Chapo se convirtió en un personaje secundario.
La tercera temporada de El Chapo es más política que policíaca, se concentra más en el rol del personaje inventado Conrado Sol que en el de Joaquín Guzmán Loera. Técnicamente la última temporada es la que menos referencias periodísticas o históricas tiene y en la que más se excedió en el uso de teorías de conspiración. Por una parte se puede comprender que lo hicieron así por falta de elementos históricos de acontecimientos recientes y por otra parte: por miedo a las demandas que el abogado de Joaquín Guzmán amenazó contra Netflix y Univisión.
Los últimos doce capítulos narran los últimos 20 meses de Joaquín Guzmán Loera, de la muerte de su hijo, del nacimiento de sus gemelas, de su arresto, su necesario escape para desprestigiar al gobierno de Peña Nieto, su reunión con Kate Del Castillo y Sean Penn y de su captura para enaltecer al Partido Revolucionario Institucional y el próximo candidato a la presidencia. El actor que interpreta al expresidente Carlos Salinas tiene las mismas apariciones que El Chapo. Conrado se vuelve el protagonista de una historia a la que le sobraron los pretextos y le faltaron argumentos.
La conspiración suele ser el elemento más fácil para crear una historia, pues el fundamento puede resultar falso o impreciso y funciona. Me queda claro que la producción luchó por darle un final a la historia que ya habían empezado y entregó capítulos exagerados y con poco sustento tal y como le suele pasar en el cine mexicano. Los últimos capítulos me recordaron a la novela de Infames de a Argos del productor Epigmenio Ibarra, una buena idea que tuvo un buen inicio, interesante planteamiento pero un final que se cayó ante la carencia de soporte en los argumentos.
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Reitero que El Chapo es la mejor serie que he visto sobre el Narcotráfico, pero solo sus primeras 2 temporadas, la tercera sí fue un desastre.
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Si estás esperando ver a Kate Del Castillo y a Sean Penn, solo serán minutos breves de diálogos sin sentido. Si esperas ver el escape de la penitenciaría, tiene muy poca tensión y drama. Si esperas ver como La Mafia del Poder arregla todo para que el Chapo escapara, la serie es para ti.