Ernesto EslavaWonka es maravillosa, gran trabajo que nos presenta el director Paul King en la tercera interpretación de Willy Wonka en la piel de Timothiée Chalamet en una historia que funciona como precuela de lo hecho por Gene Wilder en 1971 con Willy Wonka y la fábrica de chocolates y por Jhonny Depp bajo la dirección de Tim Burton con Charlie y la Fábrica de chocolate. Warner hizo una película que honra el pasado y que propone una trama alegre, divertida y entretenida. Sí, es un musical, si es de acción, es una gran aventura.
En Wonka conoceremos a un joven Willy que sueña con cumplir la promesa que le hizo a su madre de llevar el mejor chocolate a todo el mundo, pero se enfrentará con un gobierno corrupto que considera que comer chocolate es un placer solo para una clase privilegiada de malvados empresarios protegidos por la iglesia. Wonka está endeudado y es obligado a trabajar en una lavandería, mientras trata de idear la forma de preparar barras de chocolate y venderlas. En su aventura tratará de distribuir y vender sus chocolates, pagar sus deudas, reabrir su fábrica e investigar a quienes intentan conspirar contra su fábrica y entregar las pruebas a las autoridades para que se haga justicia.
Paul King y Simon Farnaby retomaron la historia de Roald Dahi de 1964 y con respeto logran recuperar la esencia en una historia con diferentes capas hiladas con la comedia y la música. La trama transita por el clasismo, la discriminación, la corrupción, la injusticia, la magia, la inocencia y el amor; logrando una aventura con suspenso, comedia y acción. El guion como columna vertebral de toda película, en Wonka luce al presentar una historia sólida y congruente.
Las canciones son eje principal de la narrativa, es un ejemplo de cómo integrar la música y las letras pegajosas y alegres y poderlas atar en la vida cotidiana e integrarlas entre los diálogos y el guion de una película.
Los valores de producción son memorables, aunque buena parte de la película tiene intervención de efectos digitales, de CGI, imagen generada por computadora, se siente como si fueran efectos prácticos que hacen alusión a la sensación de las otras dos películas de Wonka. Además de las escenografías similares, que homologan a la historia mediante el aspecto de la fábrica de chocolates.
Siendo críticos, Warner Brothers con Wonka ha hecho lo que a Disney se le ha olvidado: una historia de aventura infantil, con contenido para adultos, con canciones memorables, un guion sólido y personajes esféricos, multidimensionales con motivaciones y metas, errores y que enfrentan consecuencias de sus actos.
Chalamet nos entregó a un gran Wonka, alegre, cómico y musical con la carga emocional para la aventura y el drama de la historia.
A Wonka le irá bien, porque apapacha a la base de fans, y promete atraer a nuevas generaciones; siempre y cuando esto no implique una secuela a corto plazo.