En el año 2000 nació un clásico de la navidad, la versión definitiva del famoso personaje del Dr Seuss, el Grinch, interpretado por Jim Carrey en una película dirigida por Ron Howard en una historia escrita y adaptada por Jeffrey Prince y Peter S Seaman. En una historia que nos enseña el verdadero significado de la navidad, lejos de los regalos y la fiesta, es disfrutar de tus seres queridos y de la familia.
El Grinch lleva años en el autoexilio de Villa Quien, pues en su infancia fue víctima de bullying durante la navidad, de violencia escolar, por su apariencia y por los sentimientos que tenía hacia su compañera Martha May Whovier, interpretada por Christine Baranski. Ya como adulto, acumulando años de odio hacia la fiesta de navidad, la pequeña Cindy Lou Who, interpretada por Taylor Momsen, propone que los habitantes de Villa Quien coronen a El Grinch y en su regreso volverá a ser violentado, lo que encenderá su enojo y buscará cobrar venganza al robarse la navidad, pero lo único que logrará será robarse los regalos de los habitantes, lo que resultará contraproducente para él, pues los Quienes de Villa Quién descubrirán el verdadero significado de la navidad.
En la historia hay profundo respeto por lo escrito por Theodor Seuss Geisel, el Doctor Seuss en 1957, mediante la adaptación de Jeffrey Prince y Peter S Seaman. Lograron una versión difícil de superar de El Grinch encarnado por la capacidad histriónica, flexibilidad y gesticulación de Jim Carrey.
La comedia infantil, la torpeza física, los diálogos, los monólogos y hasta la intervención de un narrador omnisciente hacen que la película tenga la referencia clara a una obra literaria, siendo fiel a sus orígenes como cuento infantil y propone una relación cómica con los niños.
Entre películas animadas en dos y tres dimensiones y la de personajes humanos, nada se le ha acercado a la versión del año 2000 del director Ron Howard y que proyectó la popularidad del personaje que sigue bajo la licencia de Universal Studios.
En su tiempo, fue una película con opiniones divididas en la crítica, pero su popularidad y sencillez al contar una historia divertida e infantil fortalece su presencia entre los clásicos de todos los tiempos.
Los valores de producción obedecen al año 2000, con efectos prácticos, entre escenografías construidas y la recreación de Villa Quien, que aún es disfrutable en los paseos por los Estudios de Universal en Los Ángeles, California. Para quienes vieron la película en cines, puede resultar melancólica la estética de la película. Pero las generaciones más recientes podrán notar las tomas oscuras, los trucos de producción y lo opaco de los colores que revelan la edad de la producción, pues el tiempo ha cobrado factura a una película propositiva y clásica.
Es imperdible, es necesaria, es un clásico. El Grinch se roba la navidad, está en varias plataformas de streaming.