Los fanáticos al deporte saben que no es lo mismo «perder» a «que te ganen» o «ganamos» a «perdieron», aunque en el tablero el resultado numérico sea el mismo, en la proyección a futuro no lo es. Es exactamente lo que pasa con las pizarras de las casas de cambio y en los bancos en donde se ve una estabilidad en el Peso ante el Dólar, pero las razones de la situación económica no son las mejores para México.
Sabemos que el presidente de Estados Unidos: Donald Trump ha tratado de cambiar la relación migratoria y comercial con México en base a una inestabilidad económica. Primero con la promesa de campaña y amenaza favorita: la construcción del muro; luego con la renegociación del Tratado de Libre Comercio que sostiene Estados Unidos, Canadá y México desde la década de los 80 y recientemente con la imposición de aranceles en metales. Durante su campaña, la inestabilidad bursátil llevó al peso a caer a 23 pesos por dólar y la proyección era llegar a los 27 en cuanto tomara protesta. Hoy sabemos que los vaticinios no acertaron, pero ¿qué pasó? Pues fácil: México no ganó, los que perdieron fueron los estadounidenses.
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Trump no contaba con que las instituciones en Estados Unidos tendrían una solidez capaz de soportar a un tirano. Las instituciones relacionadas a la economía y finanzas han soportado los cambios que ha tratado de hacer Trump y han resistido las verdaderas amenazas comerciales con China, las de seguridad con medioriente y Corea del Norte y las políticas y cibernéticas con Rusia.
El tablero le da el triunfo a México con un tipo de cambio a 17.50, una recuperación de 45 centavos en casas de cambio en 3 meses. Lo preocupante es que México no ha hecho nada más que navegar. No hay reformas económicas o fiscales que hayan hecho frente a la crisis. No hay inversiones extranjeras que permitan dejar de depender mayoritariamente de Estados Unidos y tampoco hay pronunciamientos serios sobre estrategias de mejorar la dinámica económica interna. Lo peor es que hay situaciones que nos dejan más vulnerables, como la postura de un candidato a la presidencia que pretende cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México sin conocer las condiciones legales que ya se comprometieron y enviando un peligroso mensaje al exterior que da el autoritarismo político. México no hizo nada para ganar esos 45 centavos en 3 meses y eso nos deja más inestables porque podemos deducir que basta con que Estados Unidos quiera recuperarse, con una estrategia coherente y popular, lo puede lograr.