La Secretaría de Economía Sustentable y Turismo (SEST) del Estado, remarcó que hoy más que nunca se debe hacer valer la normatividad ambiental federal y estatal, que obliga a separar los residuos sólidos urbanos desde su punto de origen.

 El titular de la SEST, Mario Escobedo Carignan, indicó que el uso de guantes, cubre bocas y otros materiales de protección para evitar contagios de COVID-19, ha crecido en un 20 o 30% la generación de residuos, por lo que es vital embolsar aparte estos desechables para no poner en riesgo a más personas.

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Por su parte, el  subsecretario de Desarrollo Sustentable, José Carmelo Zavala Álvarez,  reiteró la necesidad de dicha reforma, pero exhortó a que la ciudadanía no espere para empezar a cumplir con la separación de residuos en sus hogares.

 “Ante la contingencia sanitaria, hay más riesgo si no separamos los desechables usados como protección; sanitizantes, cubre bocas y guantes tienen un grado de peligrosidad, lo ideal es colocarlos en bolsa aparte y antes desinfectarlos, para ello conviene más usar agua clorada, porque el alcohol implica el riesgo de ser inflamable”, enfatizó.

 Zavala Álvarez mencionó que la separación de residuos sólo se ha implementado parcialmente, por ejemplo, en la Ciudad de México, por ello la propuesta es hacerla obligatoria en la Ley de Protección al Ambiente del Estado y en la Ley de Prevención y Gestión Integral de Residuos de Baja California.

 “Hoy más que nunca es vital que los Residuos Sólidos Urbanos (RSU)  se separen desde su origen, como dice la ley, en inorgánicos y orgánicos, pero también conviene que de la fracción de inorgánicos se separen materiales como metal, plástico, vidrio, papel y cartón, esto podría hacerse en estaciones de transferencia”, destacó.

 El subsecretario afirmó que separar los residuos, sería la mejor lección aprendida de esta crisis viral, está en nuestra capacidad de decisión hacer una serie de separaciones para acumular materiales reutilizables en otros procesos productivos y así cerrar ciclos tecnológicos, como aconseja la economía circular.

 Remarcó que afrontar retos como el cambio climático implica construir mercados verdes y los gobiernos deben privilegiar en sus compras, a proveedores que sean empresas amigables al medio ambiente, porque la pandemia demuestra que la reconstrucción económica requerirá de un motor verde.

 Desde hace años, la normatividad contempla una separación de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), en orgánicos e inorgánicos; una separación de los tipos de Residuos de Manejo Especia (RME) y una división de los Residuos Peligrosos (RP) conforme al Código CRETIB, que los clasifica según sus características en corrosivos, reactivos, explosivos, tóxicos, inflamables y biológico-infecciosos.

 Por ley, los Residuos de Manejo Especial, suelen ser de origen empresarial, como llantas o algunos electrónicos, mientras que los Residuos Peligrosos los especifica el Código CRETIB y aunque los residuos de origen doméstico no se clasifican como peligrosos, hoy la pandemia obliga a manejarlos con cuidado.

 El subsecretario afirmó, que los tiempos de grandes problemas, son también tiempos para grandes soluciones; no hemos sido suficientemente exitosos en la separación de RSU, pero con el retorno intenso de los “desechables” hoy es de la mayor relevancia separar desde el origen para reducir riesgos y aumentar el reciclaje.

 “California, el Estado con una regulación ambiental de vanguardia, está volviendo a usar bolsas desechables, las reusables de plástico ya se prohíben al entrar a los mercados para evitar el riesgo de propagación viral; además, allá es una práctica común desde hace años el separar residuos desde el punto de origen”, expuso.

 “Los Residuos Sólidos Urbanos deben separarse desde el hogar, empresa u oficina en donde se originen; la legislación estatal indica que la obligación de separarlos en orgánicos e inorgánicos es del que la genera, claro que se necesitaría que en cada municipio exista la recolección separada, eso además elevaría el reciclaje”, dijo.

 Los residuos orgánicos, puede tener también una segunda separación para elaborar composta, en sitios seleccionados y con mayor distancia por los aromas que se desprenden de manera natural en el proceso, esto reduciría drásticamente la necesidad de enviar materiales residuales al relleno sanitario.

 El manejo inteligente de los RSU es rentable, sostuvo, cada estación de transferencia convertida en Centro Urbano de Reciclaje Ambiental (CURA) permitiría, literalmente, aliviar la salud de la ciudad y de la separación surgirían residuos que serían la materia prima o secundaria de nuevos procesos productivos.

  “Hoy los gobiernos de la Cuarta Transformación debemos ser valientes, inteligentes y capaces de implementar acciones con éxito, instrumentando políticas públicas coherentes, articuladas y transversales que cumplan con la expectativa de la población que votó por una mejor calidad de vida, un mejor futuro y un desarrollo sostenible”, finalizó.

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