La corrupción también mata, y la semana pasada una de sus víctimas fue una niña de seis años. En un Hospital General en Playa del Carmen quedó prensada una niña en el elevador, y los accidentes pasan, pero no es accidente cuando hubo varias advertencias, y es que ya habían reportado fallas en esos elevadores, inclusive la empresa encargada del mantenimiento se presentó ese mismo día a revisarlo, y se fue sin dejar restricciones o señalamientos.

Aquí hay dos partes, por un lado la empresa mencionada. Se llamada SITRAVEM, se creó en mayo de 2018 y para enero del 2019 recibió su primer contrato del gobierno federal, y desde entonces, ha recibido 27 contratos del IMSS que suman 31 millones 341 mil pesos. Y aquí no es un “hay es que los empresarios son malos”, éste tipo de empresas muchas veces son creadas por amistades y conocidos de los mismos políticos, no por verdaderos empresarios que a eso se dediquen. No tienen experiencia, los benefician al momento de contratar y las consecuencias terminan hasta en muertes.

No es nuevo ni de esta administración el contratar empresas fantasma, sin experiencia o sin las capacidades para cumplir lo hemos visto siempre. El gobierno necesita proveedores, para todo, es el administrador y necesita contratar a otros para poder cumplir con todas las necesidades, y para esto podemos encontrar tres formas en las que contrata: por licitación pública, por adjudicación directa o por invitación restringida.

La más transparente y por la que siempre tenemos qué exigir que sea la manera de contratar es la de licitación pública, de hecho es la que marca la ley que debe de ser excepto en situaciones muy específicas, y es que se invita públicamente a varias empresas, y públicamente se muestran quiénes participaron con el fin de que podamos hacer comparaciones y asegurarnos “las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes”. Y aún así, se las ingenian para que sea la empresa que ellos quieren la que quede, pero mínimo de esta manera las personas tenemos la capacidad de exponer si hay alguna irregularidad, por eso la importancia de hacer nuestro trabajo de estar vigilantes y revisar.

Hablando de adjudicación directa, es darle el contrato a un proveedor sin competencia alguna, y ahora sí que ni competencia de poner más proveedores, y la gran mayoría de las veces sin competencia tampoco en tema de capacidades. Facilitan la corrupción, y ésta forma de contratar desgraciadamente ha sido la favorita de este gobierno, en 2021 ocho de cada diez contratos del gobierno federal fue entregado por adjudicación directa, sólo el 10% fue por licitación pública, 6.1% por invitaciones restringidas y 3.2% se clasificaron como “otros”.

Por otro lado, la segunda parte es los presupuestos, pues no es una cuestión nada más de la empresa, el presupuesto aprobado por el Congreso para el mantenimiento ya estaba, es responsabilidad también de las autoridades que ese presupuesto llegue a donde tiene qué llegar en tiempo y forma. No se vale jugar con la confianza en que estén haciendo las cosas bien con nuestro dinero acorde a su discurso, pero sobre todo, no se vale jugar con la vida de las personas.

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