Conforme pasan los días, el crecimiento urbano y rural de nuestra querida Tijuana es prácticamente inevitable, y como resultado del mismo sus problemas y retos por vencer también se acrecentan, provocando que la nueva administración municipal que está próxima a cumplir un mes de gestión y también la estatal que está por llegar a partir del 1 de noviembre, Tengan que poner en marcha las respectivas estrategias para resolver en la medida de sus posibilidades lo que esté a su alcance.
Dentro de estos problemas y retos para la ciudad, se encuentra quizá el más importante de todos y éste tiene que ver precisamente con la seguridad pública, en donde no sólo es el combate a la delincuencia, la prevención del delito, la dignificación del trabajo policial, si no también el déficit de policías con el que está trabajando la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a cargo de José Fernando Sánchez González y el Director de la Policía y Tránsito Municipal, Rafael Vázquez Hernández.
No es para menos estimado lector, figúrese usted que el problema está en un faltante de mil 800 policías municipales que en estos momentos deberían estar patrullando nuestras calles, según las cifras oficiales que la administración municipal anterior en su momento hizo público.
De ese tamaño es precisamente el problema que deberá atender la alcaldesa de Tijuana Monserrat Caballero Ramírez y su equipo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, por lo que muy seguramente sus asesores de seguridad ya deben estar trabajando en una estrategia integral que le haga frente en la solución del problema quizás no pronta pero por lo menos que le permita avanzar.
Según los últimos datos revelados por la propia Secretaría de Seguridad, sólo 2 mil 433 policías están adscritos, pero de este universo hay que descontar a 512 oficiales que se encuentran fuera de servicio, varios de ellos por incapacidad de algún problema relacionado con su salud y otros más suspendidos por alguna falta administrativa en la que hayan incurrido.
A esos menos de 2 mil policías municipales, descuéntele usted todavía a aquellos que se encuentran asignados a tareas administrativas o bien aún fungen como guardaespaldas de algunos de los funcionarios del XXIV Ayuntamiento de Tijuana, incluyendo a la propia Alcaldesa.
Es muy preocupante el déficit de policías porque de ello depende también parte del avance en el combate a la delincuencia y la prevención del delito, por lo que los distritos policiales tendrán que optimizar los pocos recursos que tengan a su alcance, tanto materiales como humanos, para atender la alta demanda de los llamados de emergencia que se registran por parte de la población que llama al 911, o bien lo hace a través de los grupales de seguridad con que cuentan las comunidades mejor organizadas en la localidad.
Y es que para ser honestos, atender el déficit policial en esta ciudad fronteriza no es tarea sencilla, ya que no es solamente reclutar por reclutar, en primer término a los tijuanenses poco les interesa enlistarse en la academia de policía para servir a la población en la tarea tan noble de brindar seguridad.
Y no es por que necesariamente no quiera, sino que arriesgar la vida que es lo más valioso en esta tarea, es poco rentable si tomamos en cuenta el salario de 16 mil pesos promedio inicial y las condiciones de trabajo actuales por las cuales atraviesan los elementos de la policía municipal, y de ahí es que valoran si vale o no la pena comenzar una carrera policial en la ciudad más violenta de México, que lamentablemente es Tijuana.
Anteriormente, el Ayuntamiento ya ha invertido recursos para reclutar nuevos policías, pero ha fracasado en su intento porque la academia sigue sin tener la matrícula que se espera pudiera cubrir en algún momento el faltante de los mil 800 elementos policíacos.
Recordemos también que para ingresar a la academia de policía, los ciudadanos interesados deberán cubrir varios requisitos, entre ellos los exámenes de control y confianza que les permitan calificar para en algún momento formar parte de las nuevas generaciones de policías.
La carrera policial no termina ahí, incluso una vez terminada la Academia, ya asignado a la corporación, el policía está sujeto a constantes exámenes de control y confianza necesario tanto para su permanencia como para poder seguir ascendiendo a grados más altos.
Estaremos muy atentos a como nuestras autoridades vayan haciéndole frente a este problema que sin duda urge comenzar a atender con estrategia efectiva. Escríbeme a estrada.maldonado.ismael@gmail.com ¡nos leemos pronto!