El Secreto del río, es una serie imperdible y de lo mejor que se ha hecho en México en los últimos diez años en cualquier plataforma y es una gran alternativa para disfrutar en Netflix. Es un orgullo ver una historia bien argumentada, con actuaciones comprometidas, con rostros frescos y un ritmo ágil en ambientes realistas y cotidianos de Oaxaca, abordando con sensibilidad temas de diversidad, de la cultura de las muxes, de la trata y la inseguridad en el país mediante una historia centrada en la fraternidad.
El Secreto del Río es la historia de amistad que hay entre Manuel y Erik, dos niños oaxaqueños que atan su destino tras involucrarse en un homicidio en el Itsmo de Tehuantepec. Su cercanía y complicidad se podrá a prueba cuando la madre de Manuel muere y su padre lo alejará contra su voluntad. Al pasar 20 años, Manuel regresará como Sícarú, su verdadera identidad afianzada con la cultura Muxe; pero a la comunidad le será difícil aceptarla y tendrá que enfrentar la discriminación e injusticias que había olvidado mientras estuvo fuera de su natal Oaxaca.
Cuatro estrellas y media de cinco. Es imperdible, y también es como si fueran dos historias. La primera parte dirigida entre Ernesto Contreras y Alba Gil, los cuatro episodios iniciales cuando Manuel y Erik son niños, hay una estética más cinematográfica, los escenarios cuentan con una atmósfera colorida, bella, diferente a lo que se retrata usualmente de México. En la segunda mitad predomina el melodrama bajo la dirección de Alejandro Zuno y Ernesto Contreras.
Los ocho episodios coinciden en una historia coherente creada por Alberto Barrera y bajo el guion sensible de Fanie Soto, que le da tiempo y respeto a los temas de la diversidad y retrata con crudeza y distancia a la inseguridad, corrupción, a la trata, las injusticias sociales y políticas así como la discriminación y el machismo que persisten en nuestro México.
La actuación más débil es la de Trinidad González que interpreta a Sicarú, es decir Manuel de adulta; que de niño es interpretado por la pequeña gran actriz Frida Sofía Cruz Salinas. En el caso de Erik, hay una gran entrega de Mauro Guzmán como niño y de Diego Calva, como adulto, en donde demuestra y aporta experiencia. Pero quien se roba los corazones es La Bruja de Texcoco, como Solange, una Muxe que juega el rol de guia, de terapeuta, de equilibrio y hasta de escape de comedia para los momentos de crudeza en la trama.
La serie no es perfecta, porque en los últimos cuatro episodios el guion cae en el melodrama al igual que las actuaciones y diluye la fuerza del guion que por momentos coquetea con la farsa; mientras que los primeros cuatro episodios son drama y suspenso.
Es innegable que es lo mejor que se ha producido en México; es refrescante ver que se pueden contar historias a kilómetros de la Condesa de la Ciudad de México y con actores que demuestren compromiso por el proyecto y la historia. No es de extrañarse, pues el equipo se ha involucrado en películas como Sueño en Otro Idioma de 2017, El Último Vagón de 2023; Cosas Imposibles de 2021 y Párpados Azules de 2007; hay que ponerle más atención a Ernesto Contreras.