Las medidas arancelarias impuestas por Donald Trump al acero y el aluminio tienen un aspecto político más pronunciado que el económico. El presidente de Estados Unidos busca fortalecer su figura ante los electores americanos que creen y confían en el discurso de recuperar la hegemonía de Estados Unidos en diversos aspectos.
“Estados Unidos cuenta con un déficit de 500 mil millones de dólares, de los cuales más de 300 mil son con China y 150 mil con la Unión Europea. El déficit comercial que tienen con México y Canadá no es tan importante como con el resto de las naciones, por lo que la aplicación de dichos aranceles es meramente política”, compartió Guadalupe Sánchez Vélez, Directora de la Escuela de Administración y Negocios del Campus Tijuana del CETYS Universidad.
La que ha traído un ambiente de incertidumbre y temor, principalmente afectando la volatilidad de los mercados financieros como el tipo de cambio y su inflación los dos aspectos con los que a corto plazo tendrán que lidiar las ciudades fronterizas del norte de México.
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De continuar la aplicación de aranceles, la cadena de valor en industrias como la automotriz y aeroespacial afectaría a los tres países hasta hoy involucrados en el TLCAN, tan sólo en Estados Unidos 400 mil empleos se perderían.
“Es evidente que en el fondo lo que está haciendo el gobierno de Trump es una medida económica equivocada motivada por aspectos políticos internos, México tiene el derecho de responder y lo ha hecho a través de un criterio político, lo cual me parece inteligente, pero de cuidado”, compartió Alfredo Estrada Cervantes, Director de la Escuela de Derecho del Campus Tijuana.