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Pasa
2.4Nota Final
Historia
Guion
Actuación
Efectos Especiales
Ritmo
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Si Thunderbolts ha funcionado en algo es gracias a dos personas: Andrew Droz Palermo, el director de fotografía, un verdadero héroe que ha salvado esta bazofia de guion. Y la gran Florence Pugh, que protagoniza la historia como Yelena Belova, nuestra viuda negra en depresión crónica. La historia es un desastre, entre chistes malos y falta de motivaciones, lo único que se salva es el intento por abordar temas de salud mental en una historia donde no hay ninguna amenaza.

Los Thunderbolts es un grupo que se agrupa por accidente, luego de que la titular de la CIA, Valeria Allegra de Fontaine, interpretada por Julia Louis-Dreyfus, está en riesgo de ser destituida por lo que tendrá que desaparecer a los asesinos a sueldo que ha contratado; pero su plan fracasa y termina por detonar los poderes de un súper humano, el proyecto Sentry, interpretado por Lewis Pullman que muestra un gran poder incontrolable debido a su inestabilidad mental. Los antihéroes se agruparán para hacerle frente y salvar a Nueva York.

Dos estrellas de cinco, no se dejen engañar. Sí, la película luce bien, la fotografía es muy buena, es creativa, la edición es ágil y los colores crean una atmósfera seria y dramática; pero el guion es lo que fracasa, pues en los avances se presumió la redención de los villanos y de una amenaza inminente; pero ni Allegra ni Sentry le dan fin a ninguna vida, no provocan ninguna crisis ni representan ninguna amenaza al final de la historia.

Todo se resume a una anécdota y consejo sobre la importancia de la terapia y la salud mental que puede dar orden a los villanos. Y entonces de poco sirvieron las secuencias de acción y el intento de drama político, si todo acabó en una terapia psicológica. De Valeria Allegra, la otra villana, simplemente nunca vi a la inteligente y estratega directora de la CIA pues sus decisiones siempre fueron torpes, como el hecho de darle poderes a un adicto a las drogas.

En la que descansa la historia es en Yelena, es el corazón de la historia, es la que busca la redención de ser villana a convertirse en héroe y hacer el bien y es quien encuentra la introspección un camino para encontrar una familia o red de apoyo luego de la muerte de su hermana adoptiva Natasha Romanoff, interpretada en otras entregas por Scarlett Johanson. Ese proceso de salud mental es lo que termina siendo determinante para vencer al villano que claramente presenta una inestabilidad mental por sus adicciones y los grandes poderes que adquirió gracias a la directora de la CIA.

De hecho, Florence Pugh se entregó al papel y aprovechó los efectos prácticos para arriegarse, literalmente lanzarse y hacer algunas de sus escenas de peligro. Ella es la única que está bien. El resto solo cumplen.

Si hubiera investigado los antecedentes del director Jake Schereir y de los guionistas Eric Pearson, Joanna Calo y Kurt Busiek, hubiera podido deducir que la película estaba mal escrita y que tendría un ritmo de serie de televisión, largo, torpe y superficial. Lo mejor que ha hecho Jake es participar en Bronca, la gran serie de Netflix. De los guionistas, es muy joven su trayectoria y claramente no pudieron con las claras intenciones de Disney de llenar el vacío que dejó el equipo de los Guardianes de la Galaxia de James Gun.

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