Política y socialmente, el gobierno de Marina del Pilar está en el atardecer, se acaba la luz, la energía, la claridad e inminentemente llegará el ocaso. No sé si los descarados espectaculares con apellidos de los aspirantes a ser gobernador o los senadores haciendo campaña no fueron una advertencia suficiente para que Marina recuperara al partido. Pero es un hecho que con todo lo que ha pasado en su cuarto año, ya no hay retorno.
En una atropellada «mañanera» tuve que arrebatar la palabra, «tomé el piso» – como se dice en términos lingüísticos – y a gritos le hice dos preguntas a la gobernadora «¿Usted cree que Araceli es inocente?» «¿Le sorprendió el anuncio del Departamento del Tesoro?». Esa mañana, el gobierno de Estados Unidos había revelado la red de corrupción vinculada al crimen organizado en la que aparecía la exalcaldesa de Rosarito, Araceli Brown, actual diputada federal por Morena.
¿Qué respondió Marina? Fue difícil ignorar la pregunta, y decidió evadir. Evadir en política es negar, no respaldar. A mi no me estaba dando la espalda, era Araceli. Yo ya sabía que Marina estaba en franca defensa por recuperar su visa y con ello, su vida binacional con sus hijos que van a la escuela en Estados Unidos, un país sumamente neoliberal, con la ideología que odia el partido Morena y su dueño, Andrés Manuel López Obrador.
La defensa por recuperar su visa la haría deslindarse de Araceli y con el paso del tiempo, la gobernadora ha sido más atinada con sus declaraciones y decisiones. Araceli se ha convertido en un lastre político para la administración estatal y administrativo para el Ayuntamiento de Playas de Rosarito que internamente vive una lucha en procesos legales con una Sindicatura entregada a Brown que tiene atada a la alcaldesa morenista Rocío Adame.
A Marina le quedan menos de dos años; le queda el ocaso del poder que inició con un pleito con Jaime Bonilla y hoy con su anunciado divorcio del ahijado de Felipe Calderón, Carlos Torres Torres. Muchos pleitos innecesarios que se pudieron resolver si se hubiera divorciado de ambos desde el inicio.