Oppenheimer es una de las películas que exige toda tu atención y memoria para recordar detalles, para atraer recuerdos de la historia universal y así seguir el hilo de una trama que paradójicamente explota en diferentes direcciones. Basada en hechos reales, el director Christopher Nolan regresa a recrear un episodio del final de la segunda guerra mundial en una historia que podríamos dividir en tres grandes actos.
Cilan Murphy protagoniza e interpreta al científico J Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica. Sus inquietudes y obsesiones de Oppenheimer las vemos de inicio, en una visión científica del mundo en el que los átomos están unidos por energía. La curiosidad y la ansiedad propicia la exploración de Oppenheimer en toda su vida profesional encabezando el proyecto Manhattan ante la presión de ganarle a Alemania genocida la fabricación de la primera arma nuclear. Lo vemos transitar por su vida amorosa, por el mundo científico y político al final de la guerra con Japón, sostenida por el cargo de consciencia por haber creado un arma que pudo haber acabado con la humanidad en una prueba en Nuevo México en 1945 y que sus cuestionamientos derivaron en el juicio en el que se cuestionó su lealtad a Estados Unidos. Al final, los explosivos están por todos lados, en los celos de sus mujeres, en las envidias profesionales, en las presiones políticas y en el cargo de consciencia por haber construido el arma que acabó con miles de vidas en Hiroshima y Nagasaki en 1945.
La película de Nolan se basa en la obra Prometeo Americano de Martin J Sherwin y Kai Bird, ganador del Pulitzer en 2006. Prometeo, el titán de la mitología griega que le había robado el fuego a los dioses para entregárselos a los humanos, por lo que fue castigado; tal como le pasó a Oppenheimer.
El mérito de Nolan es el guion y haber seleccionado a un gran elenco. En la historia, los tres grandes actos se entrelazan y se narran desde diferentes puntos cronológicos y narrativos que podrían causar conflicto para comprender su interrelación. La fuerza dramática radica en la actuación y la caracterización del elenco. Gran actuación y villano logra proyectar Robert Downey Jr como el diplomático y naval Lewis Strauss que en dos momentos de la vida juega un papel importante en el destino de Oppenheimer. Emily Blunt desarrolla su esposa Kitty, que soporta y presiona en los momentos más climáticos y de quiebre. Y Matt Damon, con la frialdad del general Leslie Groves, responsable del proyecto Manhattan.
Para quienes seguimos el cine de Nolan, Oppenheimer podría representar la demostración de técnicas narrativas y visuales perfeccionadas y derivados de sus proyectos anteriores.
Insisto, que la película es ágil pero es larga, es densa e intensa, para verla se tienen que tener ganas de permanecer tres horas frente a una pantalla en una historia que exige atención a su máxima capacidad. Es muy buena, es la película más completa de Nolan y espero que en el proyecto se supere a sí mismo. Siendo honesto, será difícil volverla a ver en el corto plazo, pero sí es imperdible.
Cilan Murphy, es un claro candidato al Oscar.