Da gusto ver a Mila Kunis en papeles dramáticos como lo hizo interpretando a Ani Fanelli en La chica más afortunada del mundo, una película hecha para Netflix, retomada del libro con el mismo nombre publicado en 2015 por la autora: Jessica Knoll. Se tomaron muy en serio la producción B directo para televisión y dejaron pasar la oportunidad de hacer una trascendente película de suspenso. Pese a la narrativa, la esencia del libro se mantuvo lo que permite que la película se sostenga.
La chica más afortunada del mundo es la historia de Ani Fanelli, una mujer que está preparando su boda con un hombre con dinero, ella es exitosa como articulista en la revista The New York Times y le proponen hacer un documental sobre su pasado: un tiroteo registrado en la preparatoria Bentley School. Ani reabrirá procesos sin cerrar y recordará la violación que sufrió y los abusos que detonaron el tiroteo en su escuela. Al retomar sus heridas, Ani redefinirá su presente.
La historia por si sola es fuerte, pues se trata de una mujer que en su juventud optó por callar y no procesar el abuso sexual y psicológico que sufrió por parte de su pareja, familia y amigos. Transitamos por sus frustraciones y deseos pasando por el dibujo de los personajes que la rodean hasta llegar a la confrontación de sus problemas cuando ella concede la entrevista para el documental y al recuperar sus recuerdos se da cuenta de la carencia de apoyo que tuvo y decide reescribir su historia. En general creo que la historia es buena, pero el guion debilita lo que vemos en pantalla.
El principal problema es que Jessica Knoll, autora del libro escribe el guion cinematográfico de su novela que Mike Barker dirige torpemente. Berker tiene una amplia experiencia en series de televisión con más de 17 producciones, pero su última película había sido en 2007, hace 15 años, y se nota. La serie tiene planos, secuencias y un ritmo novelado que entorpece el drama. Usa recursos como la escucha de los pensamientos de la protagonista, como un narrados omnisciente, pero aportan muy poco a la trama.
El peor error de la historia es que todos los personajes, incluyendo el de Kunis, parecen caricaturas unidimensionales. Ani Fanelli es el más complejo y aún así la hacen ver como frívola, que solo quería casarse con un hombre rico y pertenecer a la alta sociedad. No conocemos sus motivos, no empatizamos con sus ideales, no se logra conectar con alguna de sus ideas o aspiraciones. Solo la ubicamos como protagonista por ser la obvia víctima. El resto de los personajes simplemente son olvidables, solo ayudan a contar una tragedia.
Reitero, que la historia es buena porque el drama si captura la atención para conocer los verdaderos motivos del tiroteo y el proceso de Ani para recordar y procesar la ayuda a sanar esa etapa de su vida en la que se pensaría que tenía todo y sería la chica más afortunada y su realidad es completamente diferente.
La recomiendo por eso: por abordar un tema delicado y que nos permite ver que hablar de nuestros problemas con personas de confianza o profesionales de la salud mental siempre es una mejor salida que absorber un problema y contenerlo hasta que detone dentro de nosotros.
Aunque hay que considerar que lo que se aprecia en el tráiler son los planos más interesantes de toda la película. Narrativamente, el resto de las tomas son de televisión.
Que sirva de ejemplo esta historia para cuando se vuelva a contar, le den dimensión a los personajes, que aunque tengan aspiraciones banales o frívolas, siempre hay una causa y un fin que nos permita verlos como seres humanos y empatizar con ellos.