El solo hecho de que Jamie Foxx y Tommy Lee Jones sean los protagonistas de alguna película es pretexto suficiente para reconocer que hay calidad en actuación de cualquier proyecto. Ambos protagonizan el gran drama judicial The Burial, El negocio de la muerte, una película que llegó directamente al streaming por Prime Video, pero que tuvo que haber estado en los cines por la calidad en el guion, la historia basada en hechos reales y las actuaciones.
Basados en hechos reales en Mississippi en 1995, Jamie Foxx interpreta al abogado Willie E Gary que tras quince años invicto en casos civiles decide tomar el caso de Jeremiah O Keefe, interpretado por Tommy Lee Jones, el propietario de una pequeña cadena de funerarias en riesgo de quiebra que son amenazadas por una corporación nacional. El abogado Gary enfrentará el caso que lo convertirá en el “mata gigantes” al conseguir una indemnización de 500 millones de dólares, pero antes tendrá que atravesar la frustración del sistema, a una defensa aguerrida e identificar los elementos jurídicos que le podrían dar ventaja. Todo en un ambiente hostil y racista que contrasta con su desinhibida forma de enfrentar a los acusados, al juez y de convencer al jurado apelando a su carisma y habilidades en los tribunales.
El drama está ejecutado convincentemente, cada personaje es esférico: tienen volumen y proporción en la historia. Los guionistas Doug Wright y Jonathan Harr, junto con la directora Maggie Betts, logran capturar las motivaciones de cada personaje que atraviesan triunfos y derrotas, la luz y la sombra, que nos permite dimensionarlos y reconocer que no hay un solo héroe ni un solo villano en la historia.
El ritmo es bueno, y la producción cumple, pues el atractivo de la historia es el guion y la actuación por lo que el lado artístico de la fotografía se enfoca en retratar a la década de los 90. El atractivo principal es el diálogo y el carisma de cada personaje, incluyendo a los empresarios del gran corporativo de las funerarias.
Las actuaciones tienen tanta calidad que como personajes secundarios tienen a grandes figuras como Bill Camp que interpreta a Ray Loewen, el empresario del corporativo que quiso sacar del mercado a la funeraria de O Keefe, además de Alan Ruck como Mike Allred y a Mamoudoy Athie, interpretando al joven abogado Hal Dockins, que funciona como eje conductor de la trama.
Durante 2023, han lucido las películas basadas e inspiradas en hechos reales y probablemente sea un terreno que se siga explorando en el cine hollywoodense con actores que logran trasmitir las emociones que convienen para enaltecer figuras o ideales del sueño norteamericano.