Su nombre en inglés es un gran spoiler, Disclaimer, que es el concepto que se utiliza convencionalmente como una advertencia para responsabilizar al usuario del abuso de algún producto. La riqueza en el la serie que en español se tradujo como Desprecio, es la experiencia y los prejuicios que se alimentan con el desarrollo de cada uno de los siete episodios protagonizados por la gran Cate Blanchett. La historia es simple, es fácil de contar pero lo complicado es el suspenso para tejer y contar los hechos en la pérdida que cada personaje enfrenta.
Desprecio es la historia de Catherine Ravenscroft, una documentalista inglesa que descubre que una mujer publicó un libro sobre la vida de Jonathan Bringtocke, interpretado por Louis Partridge, un joven que murió en un accidente en la playa de Italia y a quien Catherine conoció y se relacionó en la juventud. Unas fotografías comprometedoras detonaron que el libro tomara forma y que ambas familias, tanto Ravencroft como Bringtocke, crearan su propia historia de lo que ocurrió entre Catherine y Louis, alimentando la desconfianza y desesperación por venganza y desprecio.
Tres estrellas y media de cinco, el desarrollo de la historia es lo que permite que el último episodio sea el más interesante y el que ate cada arista de la historia y lo que permite que Alfonso Cuarón se muestre como un creador integral capaz de escribir, dirigir y acompañar a la narrativa visual de Emmanuel Lubezki, el Chivo Lubezki, que esa es otra riqueza, la imagen, los encuadres y emplazamientos, el color y la edición que logra crear ambientes de recuerdos, de suspenso y drama a una historia con matices tristes y desoladores.
Siendo honesto, a la serie yo la iba a dejar en el tercer capítulo, me desesperó en el cuarto, en el quinto y en el sexto, ya que la información es contada lentamente y mediante una narración introspectiva de cada personaje que desespera y además contagia de los prejuicios que cada perspectiva tiene sobre la tragedia. Hasta llegué a pensar que era demasiado moralina y clasista porque se estaba satanizando mucho a una mujer que pudo haber tenido una aventura con un joven durante sus vacaciones. Afortunadamente, pese a la desesperación me atreví a ver el séptimo episodio y es el que más vale la pena de todos; pero paradójicamente solo vale la pena si se ven los seis episodios anteriores.
La historia es sencilla, porque nos habla de los prejuicios en todos los sentidos, de la falta de comunicación en la familia, con la pareja, de los estigmas sociales, de la falta de aceptación y hasta del mal manejo del duelo que busca venganza y es canalizado mediante el Desprecio.
Es buena serie, es recomendable, pero no la volveré a ver. Es demasiado lenta aunque ese ritmo se necesite para construir el golpe de prejuicio que Cuarón logra de manera efectiva.