En el renglón de salud púbica en Baja California, el gobernador del Estado, Jaime Bonilla Valdez, comentó: “Ningún país del mundo estaba preparado para lo que está sucediendo. Vivimos tiempos difíciles y no dejaremos de trabajar día y noche para salir adelante juntos. Es por ello que, ante esta pandemia, instruí a mi gobierno a trabajar sin descanso para atender esta crisis y cuidar a las familias bajacalifornianas. 

 Y enlistó las acciones que ordenó ante la emergencia global originada por el COVID-19, comenzando por adoptar medidas para salvaguardar la salud de los bajacalifornianos, en concordancia con la Emergencia Sanitaria por Fuerza Mayor que el Gobierno federal decretó, en base al Acuerdo del Consejo General de Salubridad, el 30 de marzo.

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Así, dijo, promovió una convocatoria para contratar personal de enfermería, médicos generales y especialistas para hacer frente a esta contingencia, seguida de la reconversión exitosa de tres hospitales estatales, para declararlos “especializados” en la atención de pacientes COVID-19, para asegurar la atención plena a pacientes en estado grave o crítico.

 “Convertimos tres espacios en hospitales auxiliares en Tijuana, Ensenada y Mexicali, sumando un total de 188 camas adicionales en el estado para pacientes estables con necesidad de oxigenación”, dijo.

 Añadió enseguida: “…instalamos también, cuatro laboratorios en apoyo al sector salud para acelerar la entrega de resultados de las pruebas de pacientes COVID-19. De esta manera somos el primer estado en la República Mexicana, que eliminó la estadística de pacientes sospechosos, confirmándolos o descartándolos en un lapso menor a 24 horas…”.

 En cuanto a la protección para enfermeras y médicos que participan en la lucha contra esta Pandemia en Baja California, dijo: “…garantizamos también en tiempo récord, el equipo de protección personal, contra COVID-19 para todos los trabajadores de salud del estado, al tiempo que fortalecimos las acciones de prevención entre la comunidad y de capacitación al personal de salud para mejorar su conocimiento y capacidad de diagnóstico temprano…”.

 No menos importante y oportuno ha sido el acompañamiento a las familias que han perdido miembros a causa de esta pandemia, por ello actuó con energía contra el abuso de las empresas funerarias que estaban lucrando con estas tragedias cobrando hasta $50,000 por cremar a un difunto de COVID-19, imponiendo un tope de $7,000 para cubrir los servicios de cremación. Además, tanto el Estado como los ayuntamientos condonarán a las funerarias el pago de derechos.

 10. Las personas sin hogar que den positivo en COVID-19, serán alojadas en centros tipo hostal en distintos puntos de Baja California para su resguardo.

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