No hay nada más triste que ver el desenlace de la vida de jóvenes que entregan su alma a ilusiones. Ese es el caso de Sin novedad en el frente, una reciente producción alemana nominada a los premios Oscar como mejor película extranjera que nos revive la crudeza de la primer guerra mundial en la piel de los últimos soldados alemanes que les tocó ser presa del ejército francés.
Paul Baumer, interpretado por Felix Kammerer, es el protagonista de Sin novedad en el frente. A sus 17 años decidirá sumarse al ejército alemán para entregar su vida y encontrar su lugar en la historia en compañía de sus amigos entusiasmados por la filosofía oficial de un gobierno alemán que atraviesa su tercer año de guerra con un pronóstico de perder la batalla. Durante dos horas seremos testigos de cómo Paul conecta con el dolor y la pérdida de sus amigos y de sus superiores. Veremos cómo enfrenta el impacto de quitar una vida y sostendremos la esperanza de regresar con sus seres amados, gozaremos sus recetas y celebraremos el momento en el que vuelve a probar comida caliente.
Es una historia muy cercana y dolorosa, triste y deprimente. Gradualmente vemos romperse la ilusión de ese espíritu de entregar hasta la vida por tu país. La narrativa tiene el tino de dar respiros, se hacen pausas en el ámbito político para colocar la trama en su momento histórico en que se llevan las negociaciones de Alemania para cesar la guerra mientras se desarrollan los combates en occidente. Por otra parte, están los respiros sentimentales que voltean a ver a los soldados exponer sus anhelos y sus motivaciones que van desde reencontrarse con su familia o encontrar el amor, en momentos equilibran la tensión y calma rodeados de adversidad.
Las actuaciones, son convincentes y fuertes. Los efectos especiales, la musicalización y ambientación ayudan a crear la atmósfera necesaria para conectar con la crudeza de la historia sentada en la segunda mitad de 1918 en el penúltimo refuerzo de soldados jóvenes que en plena depresión aceptan uniformes zurcidos, botas reparadas y cascos abollados, como una puerta de acceso al heroico futuro que la guerra promete.
La película se va ágil, el ritmo que combina acción, drama, suspenso y melancolía ayuda a acompañar a los soldados en una historia condenada a repetirse. Porque Sin novedad en el frente nos habla del choque entre la inocencia y la crueldad en el terreno de batalla, en donde lo único que pierde es la humanidad.
La película se basa en la novela de Erich Maria Remarque y replanteado en un nuevo guion por Edward Berger, Lesley Paterson e Ian Stokell. Se nota que la historia tiene base en una obra literaria y que los guionistas adaptaron y arroparon a los personajes que comunican en cada momento y en cada gesto en pantalla. El director Edward Berger tomó el reto de llevar de nueva cuenta la historia a la pantalla grande; es la tercera vez que se adapta el libro a una producción, la segunda al cine ya que hubo una previa como serie de televisión.