Luis Estrada volvió a cumplir y nos ha traído su quinta película consecutiva de crítica política y social en su proyecto ¡Qué Viva México!, protagonizada por Alfonso Herrera. Es una historia que mediáticamente se vio empañada por la postura política afín al régimen del actual presidente Andrés Manuel López Obrador, del actor preferido de Estrada: Damián Alcázar. Pero hasta Damián demuestra que puede apartar su miopía política para dejar hablar a los personajes de Luis Estrada.
¡Qué Viva México!, es la historia de Pancho Reyes, interpretado por Alfonso Herrera, que deberá reencontrarse con sus padres y hermanos para que le den lectura al testamento que dejó su abuelo minero. Al regresar a su pueblo La Prosperidad se encontrará con intrigas familiares por la herencia en una crítica política de la sociedad actual en la que se usa la imagen, lenguaje y filosofía del presidente Andrés Manuel López Obrador para detonar la sátira y el humor negro.
Luis Estrada y Jorge Sampietro escribieron una historia convencional en la cultura mexicana: el pleito por la herencia. Ahí trataron de representar diferentes perfiles de mexicanos a los que les une la depresión, la desesperación y la búsqueda de un patrocinador o salvador que resuelva sus problemas. El tono nos evoca al cine de oro mexicano, tanto el ritmo como la musicalización y hasta los encuadres.
Lo que cansa es el tiempo, son tres horas en donde hay situaciones sobre explicadas, actores como Damián Alcázar y Joaquín Cosío que repiten en tres personajes y escenas escatológicas gratuitas que sobran en una historia que juega entre el plano real y las pesadillas de Pancho.
La película nos habla de la polarización, de los problemas por el abuso de poder y sus consecuencias. También nos habla de la complejidad de la familia numerosa que se agrava cuando generacionalmente hay una prosperidad que marcan una distancia entre quienes logran mejor poder adquisitivo, sofisticados gustos y nuevo círculos sociales y desde ahí, cada quién buscará conservar su estado de confort, en un estilo de vida en el que hay goce con la tragedia ajena.
El humor se disfruta, probablemente Luis Estrada es de los directores y guionistas que logra ejecutar ambas tareas de producción con destreza y conocimiento de la cultura mexicana. Cada chiste cae bien en ritmo, tono y fuerza; lo que ayuda a tolerar que la película está sobrada en tiempo, escenas y que recortarla pudo haber ayudado a que se revisite más de una ocasión. En general todos actúan en tono y ritmo que se goza.
Desde la Ley de Herodes en 1999; Un mundo maravilloso en 2006; El Infierno en 2010 y la Dictadura perfecta en 2014, ¡Qué Viva México!, de 2023 es la más grande en producción, más prolongada; pero la más débil en el guion.
Uno de los ejemplos, es una de las primeras escenas cuando Rosenado, interpretado por Damián Alcázar, le presenta a su hijo Poncho a sus hermanos y sus sobrinos. Una escena cansada, por lo reiterada y por su pobreza visual.
¡Qué Viva México!, es una película que se puede ver varias veces porque no demanda total atención, al final es una historia de comedia y sátira que destaca su sencillez dramática.