Los migrantes siguen vulnerables y en condiciones de mayor incertidumbre que antes, pues las decisiones y compromisos que los actuales gobiernos de México y Estados Unidos los han puesto en un limbo legal dificil de solucionar. 6 organizaciones promigrantes han expuesto 9 detalles que complican la vida de quienes aspiran a una vida mejor.
Espacio Migrante, Familias Belong Together México, Al Otro Lado, Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, Comité Estratégico de Ayuda Humanitaria Tijuana y Asylum Access México compartieron una amplia reflexión y exigencia, obligada para comprender mejor a las condiciones actuales de la migración en la frontera de Baja California con California.
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Para las organizaciones es evidente que ninguna política de contención frenará el flujo migratorio hacia la frontera norte, prueba de ello es que, aún habiendo desarticulado las caravanas en el sur, a Tijuana llegan todos los días un número significativo de personas migrantes en condiciones diversas y con necesidades específicas.
Aquí confluyen personas deportadas, solicitantes de asilo, retornadas bajo el Protocolo de Protección Migrante, personas sin una condición de estancia regular, personas que abandonaron su proceso de asilo en el sur, víctimas de desplazamiento interno forzado, niñez migrante no acompañada y un largo etc. Una compleja realidad sin una estrategia institucional definida.
En ese sentido, quienes nos encontramos día a día al frente de la atención humanitaria y en la articulación de acciones para la inclusión, consideramos sumamente importante informar a la población y autoridades sobre los pormenores de lo que acontece en la diáspora migrante en esta región norte.
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● Las personas solicitantes de asilo en los Estados Unidos de Norteamérica deben anotarse en una lista para obtener un número que les permitiría en su momento presentarse en el puerto fronterizo para su entrega a las autoridades de dicho país. Lista cuya legalidad es cuestionada así como su misterioso resguardo por parte del Grupo Beta.
● Las personas solicitantes de asilo en EUA retornadas a Tijuana bajo el Protocolo de Protección al Migrante, al regresar a México no tienen garantía de recibir el mínimo de protección como solicitantes de la condición de refugiado de EUA y tampoco tienen garantía de recibir orientación legal o la representación de un abogado. Al se guía a algún albergue. Recordemos que son familias con niños y niñas, la mayoría quedan en un escenario de tremenda vulnerabilidad y riesgo.
● El cerco creado en el estado de Chiapas para evitar el tránsito de las personas migrantes hacia el norte, está generado situaciones de separación familiar donde el padre o la madre con hijos(as) que viajaban para reunificarse en Tijuana, no pueden continuar su trayecto, se encuentran varados(as) o detenidos(as) en una estación migratoria con alta probabilidad de ser deportados(as).
● Cientos de personas que iniciaron su solicitud de asilo en el sur de país y decidieron viajar al norte en busca de trabajo y mejores condiciones de vida, se encuentran en la incertidumbre jurídica, desconocen el estado que guarda su proceso, no tienen una condición de estancia regular y por lo tanto no pueden obtener un trabajo formal. No hay representación de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) en Tijuana ni autoridad que informe y mucho menos que resuelva su situación.
● Existe otro amplio grupo de personas de diversas nacionalidades que han llegado a la ciudad sin un documento migratorio o con uno ya vencido, que tienen intención de establecerse en la ciudad, pero que una interpretación sesgada de la normatividad, no les permite acceder a un trámite individual de regularización migratoria para solicitar la tarjeta de visitante por razones humanitarias.
● Los niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados se encuentran en un estado de vulnerabilidad e indefensión donde el INM les impide anotarse en “la lista” para solicitar asilo en EUA, sólo ofrece institucionalizarlos en el DIF sin atender al interés superior de la niñez, quedando así a expensas de la burocracia y de los servicios del Estado. De tal suerte que prefieren mantenerse en la clandestinidad y anonimato, lo cual los(as) vuelve aún más vulnerables.
● No hay acceso a información sobre las personas ingresadas en las estaciones migratorias, hay muchas personas que buscan a algún familiar migrante que estaba en tránsito por el país con quien perdieron contacto y es prácticamente imposible ubicarlos en alguna estación migratoria.
● Las personas migrantes enfrentan dificultades para abrir una cuenta bancaria y recibir transferencias de recursos en las instituciones dedicadas al envío de remesas, en virtud de que la tarjeta de visitante por razones humanitarias o los documentos de identidad de sus países de origen no son reconocidos como identificación oficial válida.
● Hacemos un extrañamiento público, al titular de la Delegación del Instituto Nacional de Migración en Baja California, quien además de agredir verbalmente a una abogada defensora de migrantes, vulnera sistemáticamente los derechos humanos de las personas aseguradas en la estación migratoria al no respetar las suspensiones de deportaciones ordenadas por jueces federales así como entorpecer el acceso del derecho al asilo de las personas y a la representación legal.
A manera de conclusión, observamos que no existe una estrategia institucional de atención a las necesidades que el fenómeno migratorio conlleva, lo cual coloca a las personas migrantes y sobretodo a las familias, en un estado de mayor vulnerabilidad e incertidumbre.