Durante la gira de trabajo que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador realizó el pasado 17 de octubre de 2021 en Baja California, durante la visita específicamente a Tijuana, la Alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero Ramírez, aprovechó la oportunidad de tener tan cerca al mandatario federal para solicitarle dentro de varias cosas, una de vital importancia para esta ciudad fronteriza: la llegada de más Guardias Nacionales para reforzar la tan cuestionada estrategia de seguridad que se implementa desde el primer día de Gobierno de la primera edil.

En ese entonces, la Presidenta Municipal de Tijuana tenía muy claro que estaba fuera de la mesa de coordinación en materia de seguridad pública que mantenía la Gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, con las fuerzas castrenses y la policía estatal, y vaya que no era para menos, su relación con la mandataria de esta entidad no era para nada buena, sino todo lo contrario, tensa y ríspida, aunque más tarde AMLO haría lo propio para leerles la cartilla a ambas y poner orden y disciplina como lo marca el manual de la 4T.

Fuera de la Mesa de Coordinación de Seguridad y con los números de homicidios en aumento, la verdad es que Monserrat Caballero no la estaba pasando nada bien y si a eso le sumamos que la corporación municipal vio con muy malos ojos la llegada de externos a los mandos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y a la Dirección de Policía, lo que dejaba a los buenos policías municipales frustrados de no ser considerados para dirigir a la tropa contra el crimen, pues entonces sí que se tenía una crisis en seguridad pública.

Pero los asesores de la Alcaldesa de Tijuana no dudaron en recomendarle que aprovechando esa visita de AMLO a Baja California, solicitara el refuerzo de más Guardias Nacionales, todos los que fueran posible, que para esto basta y sobra según lo ha referido el Ejecutivo Federal al señalar en varias ocasiones que la fuerza de la Guardia Nacional es considerable para atender al País.

Y así lo hizo la primera edil, encontrando positiva respuesta porque tres meses después, el pasado 15 de enero de 2022, confirmó ante los medios de comunicación locales la llegada de 2 mil guardias nacionales, enviados a atender la difícil tarea de inseguridad que atraviesa nuestra querida Tijuana.

Lo que a su equipo de asesores se les pasó por alto tomar en cuenta, fue precisamente las necesidades que el Municipio debería cubrir tras la llegada de los Guardias Nacionales, entre ellos los espacios dónde pernoctar y por lo menos tener las herramientas necesarias para atender sus principales necesidades como aseo personal y alimentación.

Pero no ocurrió, tres meses pasaron desde que la Alcaldesa de Tijuana pidió que llegaran guardias nacionales y no pudo siquiera preparar el terreno, dejándola así en tener que elegir entre lo que había al alcance o le recomendaron, parques y centros comunitarios en las colonias.

Lo que Monserrat Caballero no sabía porque seguramente no se lo comentaron en los primeros 100 días de Gobierno, es que si algo tienen la mayoría de nuestros parques públicos y centros comunitarios, es que están completamente destruidos, vandalizados o con muchas carencias, entre ellas la falta de agua y drenaje, algunos centros comunitarios por ejemplo con techos a punto del colapso.

Los mejores parques y centros comunitarios obviamente se encuentran en aquellas colonias o fraccionamientos cuyos vecinos están sumamente organizados y resuelven con sus propios recursos lo que la autoridad municipal no puede o no quiere atender. Así que a nadie sorprendió que esos vecinos le dijeran un rotundo “NO” a la primera edil tijuanense al preguntarles si podían ceder los espacios para la Guardia Nacional.

Pues se opusieron y no hubo más que voltear a ver a la zona más olvidada y marginada de Tijuana, la Zona Este, y hasta allá mandaron a los Guardias Nacionales que a diferencia de la fuerza castrense que sí tienen mejores condiciones de trabajo al estar en cuarteles dignos, los Guardias Nacionales duermen aglomerados en los cinco centros comunitarios y tres parques públicos asignados.

Y se preguntará Usted estimado lector por qué no son enviados los Guardias Nacionales a los cuárteles militares, pues déjeme decirle que los castrenses ven con malos ojos a los expolicías federales que integran en su mayoría a la fuerza de la Guardia Nacional, así lo han denunciado en varios estados del País elementos que a decir de ellos no tienen ni lo más básico para su aseo personal, menos para dormir y todavía peor, las horas de trabajo distan mucho entre militares y Guardias Nacionales, además de que la remuneración económica tampoco son iguales.

La lectura a nivel nacional sobre el trato y discriminación que se le da a los expolicías federales que ahora forman parte de la Guardia Nacional es precisamente para hartarlos y que ellos finalmente renuncien, porque AMLO en su momento dijo que esa corporación por estar impulsada por el expresidente Felipe Calderón, estaba plagada de corrupción y opacidad.

Medios nacionales han difundido que los militares y marinos comisionados a la Guardia Nacional descansan 24 horas por ocho y 12 horas de trabajo, además les dan un bono cada mes, mientras que a los expolicías federales solamente su salario y laboran entre 13 y 14 horas todos los días, por tres o cuatro de descanso.

No significa que los guardias nacionales ocupen hoteles para pernoctar claro está, aunque tampoco estaría mal, pero considerando el enorme gasto económico que eso representa, por lo menos la Alcaldesa de Tijuana debería hacer un esfuerzo adicional para dar un trato digno a los guardias nacionales, porque vienen precisamente a recorrer las calles de nuestra querida ciudad y qué mejor que lo hagan con optimismo y buena voluntad todos los días para bajar por fin esas estadísticas de homicidios que mantienen a Tijuana como la ciudad más violenta de México. Nos leemos pronto, escríbeme a estrada.maldonado.ismael@gmail.com

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