Christian Wolff (Ben Affleck) tiene un don para resolver problemas complejos. Cuando asesinan a un viejo conocido —quien deja un mensaje críptico para “encontrar al contador”—, Wolff se siente obligado a resolver el caso. Al darse cuenta de que se necesitan medidas más extremas, Wolff recluta a su hermano, de quien está distanciado y es muy letal, Brax (Jon Bernthal), para que le ayude. En colaboración con Marybeth Medina (Cynthia Addai-Robinson), subdirectora del Tesoro de Estados Unidos, descubren una conspiración mortal y se convierten en objetivo de una red de asesinos despiadados que no se detendrán ante nada para mantener sus secretos enterrados.

El contador 2 es la secuela del éxito de 2016 El contador, reúne al director Gavin O’Connor, al guionista Bill Dubuque con los productores Lynette Howell Taylor y Mark Williams. Está estelarizada por Ben Affleck, Jon Bernthal, Cynthia Addai-Robinson y J.K. Simmons. La película también tiene como protagonistas a Daniella Pineda y Allison Robertson.

Affleck también es productor en El contador 2. O’Connor, Scott LaStaiti, Jamie Patricof, Matt Damon, Michael Joe, Kevin Halloran, Dani Bernfeld y Alison Winter actúan como productores ejecutivos.

Detrás de las cámaras, O’Connor colaboró con el director de fotografía Seamus McGarvey, la diseñadora de producción Jade Healy, el editor Richard Pearson y la diseñadora de vestuario Isis Mussenden. La música es una composición de Bryce Dessner.

Amazon MGM Studios presenta una producción de Artists Equity, 51 Entertainment/Zero Gravity Management y de Film Tribe: El contador 2, una película de Gavin O’Connor. Warner Bros. Pictures hará la distribución internacional del filme, que estrena el 24 de abril de 2025.

SOBRE LA PRODUCCIÓN / REUNIONES

Christian Wolff (Ben Affleck) in ACCOUNTANT 2 Photo Credit: Courtesy of Prime Video © Amazon Content Services LLC

En 2016, el público conoció por primera vez a Christian Wolff, un antihéroe único con una rara combinación de genialidad y destreza durante el combate. Gavin O’Connor, director y productor ejecutivo tanto de El contador como de su secuela, cuenta: “Todo se remonta a la crianza de Chris con su padre, un militar duro que se consternó mucho de que el mundo pudiera devorarse a este niño pequeño. Por lo que, además de la mente matemática —que existe una entre un trillón— que posee, la educación de Chris lo forjó para ser un soldado y nunca una víctima”.

El personaje de Christian Wolff tocó una fibra importante en el público. Ben Affleck, quien vuelve a interpretar el papel principal en El contador 2, confirma: “Cuando la gente se me acerca y menciona una película, me he dado cuenta de la frecuencia con la que mencionan El contador. Y, sinceramente, estoy agradecido. Es un proyecto del que siempre me he sentido muy orgulloso y que siempre he pensado que sentó las bases para una historia mayor. Cuando surgió la oportunidad de hacer El contador 2 con Artists Equity, me comprometí plenamente. Junto con nuestros fenomenales socios y los talentos nuevo y los que regresan, hicimos una película que se basa en su predecesora, insuflando nueva vida al mundo y a los personajes que resonaron tan hondo en el pasado.”

Christian Wolff (Ben Affleck) and Brax (Jon Bernthal) in THE ACCOUNTANT 2 Photo Credit: Courtesy of Amazon MGM Studios © Amazon Content Services LLC

Los cineastas se enfrentaron a varios retos a la hora de crear la secuela, entre ellos el paso del tiempo y la distancia entre Chris y su hermano Braxton, quienes, tras su sorprendente reencuentro al final de la primera película, habían prometido volver a verse la semana siguiente. “Tuvimos que justificar por qué los hermanos llevaban ocho años sin verse”, dice O’Connor. “Pero una vez que pusimos el microscopio en cómo son sus vidas individuales, pudimos trazar el mapa de por qué volvieron a tomar caminos separados”.

El guionista Bill Dubuque explica: “Teniendo en cuenta lo que Chris hace —trabajar como Contador para organizaciones que, frecuentemente, son poco legítimas y que le envían a diferentes partes del mundo—, mantener las relaciones intactas es difícil. Además, hay que tener en cuenta que Brax es un asesino a sueldo que, a todos los efectos, vive en hoteles. No es como si Brax vendiera seguros desde una oficina en Peoria. Ambos están involucrados en empresas peligrosas en las que llamar por teléfono a alguien cercano quizá no sea lo más sensato para ninguna de las partes. Cuando añades el hecho de que, como Chris es neurodivergente, no va a mostrar el mismo tipo de emoción que Brax… eso también provoca distanciamiento”.

Brax (Jon Bernthal) in ACCOUNTANT 2 Photo Credit: Warrick Page/Prime © Amazon Content Services LLC

“Hay personas que no se sienten tan cómodas con el hecho de sostener relaciones interpersonales —particularmente, a la hora de expresar sus sentimientos al respecto— y Christian es una de ellas”, afirma Affleck. “También le altera los nervios porque su hermano representa el trauma de su infancia. Así que, aunque imagino que quiere mantener esa relación, estar cerca de Brax le puede resultar estresante. A Christian le gusta el orden, el diseño, la simplicidad y la rutina; y su hermano es un agente de disrupción de todo eso; y, en cierto modo, eso es benéfico para Chris. No es que Christian no quiera a su hermano; lo quiere mucho. De hecho, creo que aprovecha la oportunidad de estos acontecimientos para reconectar con Brax porque quiere hacerlo. El núcleo de esta película trata de su reconexión y de ellos forjando un vínculo”.

De vuelta al papel de Braxton, Jon Bernthal añade: “Explorar la hermandad es algo que Gavin hace muy bien en sus películas y me encanta que ese elemento sea el centro de esta película. Esta historia profundiza en la relación de Chris y Brax —cómo funcionan juntos y cuánto se necesitan el uno al otro— y yo estuve de acuerdo con eso, por completo. Siempre he pensado que Brax es una persona igual de complicada que su hermano; entonces, me sentí enormemente agradecido y feliz de que decidieran ahondar más en su personaje”.

Brax (Jon Bernthal) and Christian Wolff (Ben Affleck) in ACCOUNTANT 2 Photo Credit: Warrick Page/Prime © Amazon Content Services LLC

Lo que finalmente reúne a los hermanos es un asesinato misterioso que comienza como algo personal para Chris, pero luego conduce a una empresa criminal de mayor alcance. La productora Lynette Howell Taylor señala: “La trama debía ser totalmente diferente a la de la primera entrega; pero, aun así debía implicar un acertijo —uno lo suficientemente intrincado como para que sólo Christian Wolff pueda descifrarlo con su particular conjunto de habilidades.”

Dubuque recuerda: “Estaba en Miami haciendo investigación para otro proyecto y me senté con varios detectives que hablaban de la tragedia del tráfico de personas y de cómo los inmigrantes son víctimas de los cárteles. Se me ocurrió que era una historia oportuna para entretejer en esta película”.

O’Connor reconoce que centrarse en cualquier aspecto de la trata de personas presentaba sus retos singulares. “Quería hacer una película divertida y entretenida, pero lo que ocurre en los rincones más oscuros de esta red clandestina no tiene nada de divertido. Quería señalar lo que ocurre en esta práctica cruel de una manera honesta y auténtica, pero el manejo del tono era muy engañoso.”

Ben Affleck (Christian Wolff), Cynthia Addai-Robinson (Marybeth Medina), Director Gavin O’Connor, and Jon Bernthal (Brax) in ACCOUNTANT 2 Photo Credit: Warrick Page/Prime © Amazon Content Services LLC

Bernthal presentó al director a Jeremy Locke, un ex boina verde [soldados de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos] que cofundó Aerial Recovery, una organización dedicada a responder a catástrofes mundiales y a combatir el tráfico sexual. Bernthal comenta: “Hablé con él sobre cómo son estas misiones y lo que ocurre cuando te enfrentas cara a cara con los horrores que implican. Me sentí muy agradecido por el deseo de Gavin de hacer esto bien y de que estuviera dispuesto a involucrar a Jeremy y traerlo como consultor.”

“Gavin fue muy apasionado en el proceso”, dice Affleck. “Una de las razones por las que amo trabajar con él es su nivel de involucramiento al mantener una conexión con lo que identificamos como real y, posteriormente, elevar las circunstancias que circundantes. Eso crea la dualidad de una película como El contador 2”.

Cynthia Addai-Robinson regresa en el papel de Marybeth Medina, con una promoción reciente a directora adjunta de FinCen (Financial Crimes Enforcement Network), el puesto que antes ocupaba su jefe, Ray King, interpretado de nuevo por J.K. Simmons. Para elaborar una historia tan compleja, se necesita un gran guion de Bill Dubuque y, por supuesto, para que todo sentido, el liderazgo de nuestro director, Gavin O’Connor. Creo que ésta será una de esas películas que, una vez que llegas al último momento, la querrás volver a ver y buscar las pistas que te perdiste la primera vez”.

El contador 2 comienza en una taberna de mala muerte donde Ray King se reúne en secreto con una asesina a sueldo conocida sólo como Anaĩs, interpretada por Daniella Pineda. King está retirado y ahora se dedica a ser detective privado de bajo rango. Le contrataron para localizar a una mujer desaparecida llamada Edith Sánchez, a quien se les perdió de vista cuando cruzó la frontera a Estados Unidos, con su marido y su hijo, desde El Salvador hace ocho años. Ray lo ignora, pero su encuentro no es tan clandestino como él cree. Cuando un equipo de mercenarios armados irrumpe en el bar, Anaĩs se escabulle mientras Ray intenta, desesperadamente, eludir a los matones.

Pero ¿por qué Ray se involucraría con un asesino para localizar a una mujer perdida años después de su desaparición? Y ¿por qué un simple caso de desaparición pondría tanto a Ray como a Anaĩs como un blanco para un cártel internacional?

Ante la alta probabilidad de su muerte inminente, Ray sabe que hay una persona que puede unir las piezas de este rompecabezas. Rápidamente, escribe una críptica nota en su brazo. El mensaje consiste en tres palabras: ENCUENTRA AL CONTADOR.

EL ELENCO

Cuando Christian Wolff entra a la historia, lo vemos —tal vez, sorprendentemente— participando en una especie encuentro de citas rápidas. Para Ben Affleck, la idea no estaba tan fuera de lugar como podría parecer. “Creo que Chris se siente un poco solo. Quiere tener una conexión humana, incluso una relación romántica, pero no se siente cómodo con descubrir cómo hacerlo exactamente. Sin embargo, no tiene miedo de intentarlo, y eso me gusta mucho. Creo que es algo hermoso que alguien, aunque le resulte difícil, se expone. Gracias a la primera película, entablé relaciones con personas que me aportaron una comprensión más profunda y amplia de este personaje. Me sentí realmente afortunado en ese sentido, y me entusiasmó llegar a la secuela porque sentí que comprendía aún mejor a este tipo la segunda vez”.

Lynette Howell Taylor afirma: “Las personas no se definen por un aspecto de su personalidad o por un diagnóstico, y eso se aplica igualmente a alguien neurodivergente. Las personas crecen y cambian. Me parece que Ben, junto con Gavin y Bill, llegaron a esta película bajo ese entendimiento y con el deseo de retratar a un personaje que está en evolución”.

“Lo que amé del enfoque de Ben”, observa O’Connor, “fue que se centró en los pequeños detalles de comportamiento, sin intentar hacer nada demasiado grande ni demasiado llamativo, manteniéndolo todo moderado y honesto”.

Cuando Marybeth le comunica a Christian el asesinato de Ray King, “creo que le mueve mucho”, dice Affleck. “Pasó años ayudando a la carrera de Ray y le tenía mucho cariño. Ray intentaba averiguar qué le había pasado a esa mujer y a su familia, pero cuando se acercó a la verdad, gente con mucha maldad se dio cuenta de que husmeaba de más y lo asesinan. Pero Ray averiguó lo suficiente como para saber que, si conseguía que Christian se hiciera cargo, muy probablemente resolvería el caso. Por lo que el último acto de Ray es intentar llamarlo y eso detona en Christian con un fuerte sentido de la responsabilidad y la obligación”.

Hay algo más que atrae a Christian al caso. Entre las pistas que Ray hay una fotografía de la familia Sánchez: Edith, su marido Gino y su hijo Alberto, que ahora tendría 13 años. Affleck explica: “Christian se identifica de alguna manera con la foto de este niño, aunque no lo conozca. Ve algo en la foto que resuena en él, lo que hace que Chris sienta una fuerte atracción hacia este niño y le impulsa aún más, aunque se mantiene bastante opaco y no revela mucho.”

Christian y Marybeth inician una colaboración para resolver el asesinato de Ray y, por extensión, el caso en el que trabajaba. A medida que la conspiración se profundiza, se dan cuenta de que necesitan más personal. Marybeth sugiere contactar con el FBI. Chris tiene una idea diferente.

Entra Braxton.

Jon Bernthal dice: “Brax hace lo suyo para construir su carrera, que se toma extremadamente en serio, y recibe una llamada inesperada de Chris diciendo: ‘Necesito tu ayuda’. Desde el principio queda establecido que Brax ha sido quien se ha acercado a su hermano a lo largo de los años. Nunca lo admitiría, pero Brax es una persona muy solitaria. Y la única persona que puede llegar a entender quién es y cómo hablar su idioma es su hermano. Entonces, cuando Chris llama, es enormemente frustrante porque creo que Brax considera que toda su infancia fue ayudar a su hermano, sacándolo de malas situaciones. Y aquí va una vez más, su hermano sólo llama para pedir su ayuda. Pero Brax hace lo que siempre hace y toma el primer vuelo disponible para ir a ver a su hermano. Sin hacer preguntas”.

“Sabía que Brax debía evolucionar más allá de la primera entrega”, afirma O’Connor. “Es alguien tan desconectado de la humanidad como Chris, tan solo y necesitado de amor como Chris… y tan violento como Chris. Pero, aunque Brax esté haciendo algo malo, hay un sentimiento de buena voluntad que Jon aporta al personaje. Su interpretación de Brax tiene una vulnerabilidad ineludible”.

Affleck añade: “Brax tiene el atractivo clásico de ese tipo de personaje impulsivo y despreocupado que también es bastante bribón. No puedes evitar que te caiga bien y te encuentras tratando de entender por qué te cae tan bien si sabes que es alguien que se gana la vida matando gente. Jon tiene tanto talento y es tan inteligente que se metió de lleno en el papel. Fue un placer trabajar con él cada día”.

La admiración es mutua. Bernthal afirma: “Lo que pasa con Ben es que, no sólo es un actor brillante, sino también una persona enormemente inteligente, vulnerable, sensible y amable. La primera vez, no pudimos pasar mucho tiempo juntos, pero esta vez sí, y realmente creamos un vínculo. Desde el principio nos sentimos cómodos y compenetrados, tanto frente como detrás de las cámaras”.

A pesar del paso del tiempo y la distancia entre ellos, el vínculo forjado entre los hermanos era esencial para la historia. O’Connor recuerda que la química entre Affleck y Bernthal fue palpable desde su primera escena juntos. “Lo primero que filmé con ellos fue un plano doble en el motel. Cuando terminamos esa escena, dije: ‘Ya quedó’. No necesité tirar ninguna otra toma porque Ben y Jon tuvieron un ritmo y una fluidez mágicos. Siempre tengo esa esperanza, pero no se puede tener la certeza hasta empezar a filmar. Cuando vi lo que pasaba a cuadro con ellos dos, no pude creer lo que veía. Simplemente, tenían un ritmo asombroso”.

Los métodos, decididamente, poco ortodoxos de Christian para agenciarse de la información que necesita ya eran un reto que ponían a prueba la brújula moral de Marybeth Medina. Pero añadir a Braxton a la fórmula podría ser la gota que derrama el vaso. Cyntha Addai-Robinson detalla: “Marybeth es, esencialmente, el nuevo Ray King como directora adjunta de FinCen. Recibe los tips que le da Justine en la Academia Harbor, de la misma manera Ray, y creo que libra un conflicto interno entre su querer tener éxito en su posición, y la intranquilidad que le genera la forma en la que llegó ahí”.

“Definitivamente, es alguien que quiere seguir la ley al pie de la letra”, continúa la actriz. “Es cautelosa en su trato con Christian, pero sabe que él es un medio para conseguir un fin. Una vez que Brax entra en escena, se comporta como si ella no hubiera acordado eso. Christian y Brax empujan continuamente los márgenes de lo que ella está dispuesta a hacer para resolver este caso, pero Marybeth tiene sus límites. Para ella, son dos caras de la misma moneda: son criminales que utilizan medios criminales para obtener respuestas. Decir que se siente incómoda con eso sería quedarse corto. En un momento dado, se plantea la cuestión de si puede seguir trabajando con ellos o si puede seguir sola. Las interacciones con ellos son como el agua y el aceite; fue divertido jugar a eso con Ben y Jon”.

“Cynthia es una actriz maravillosa”, dice O’Connor. “Trabajamos durante mucho tiempo para construir la arquitectura de la Marybeth de ahora y decidir cuál es su lugar en el rompecabezas. Y luego se apropió del papel. Creo que está fantástica en la película”.

Affleck comenta: “Amo el personaje que Cynthia creó. Es convincente y real. Desde la perspectiva interpretativa, es con quien quieres estar en una escena. Marybeth es una protagonista fundamental de la película. Hay tensión entre sus ideologías más tradicionales de aplicación de la ley y las metodologías bajo las que operan Chris y Brax. Lo que me gusta de la película es que no pretende aleccionar ni asumir que hay una respuesta sencilla sobre quién tiene razón y quién no”.

Bernthal observa que a Brax no le hace ninguna gracia que Chris les haya metido a ambos en una investigación federal. “Brax es un tipo que vive al margen de las normas. Tiene un código propio al que se apega. Está ahí por una razón: su hermano. Ahora, de repente, aparece esta agente federal… y no quiere tener nada que ver con ella. No confía en ella, no quiere conocerla mejor e intenta sacarla todo el tiempo. Creo que es una dinámica interesante”.

El asesinato de Ray King es el catalizador de todo lo que sigue. Retomando el rol, J.K. Simmons señala: “Ray está, básicamente, jubilado; pero abrió un servicio como investigador privado. El padre de Edith Sánchez lo contrata porque quiere ver a su hija y a su nieto y, como él también es abuelo, empatiza con la fibra sensible de Ray y le motiva a seguir con este caso en particular”. Se encuentra con Anaĩs, quien es un misterio envuelto en un enigma, pero Ray sabe que hay algo más”.

Daniella Pineda, que interpreta a Anaĩs, dice: “Cuando la conocemos, ella se encuentra en medio de una situación muy peligrosa, pero su actitud es totalmente relajada. Es casi como si no le importara nada en el mundo, y cada uno puede sacar sus conclusiones sobre lo que eso podría significar. Posteriormente, se revela que puede ser brutal, que asesina a gente y sigue con su vida, como si nada. Personalmente, creo que el término ‘rudeza’ se utiliza mucho, pero yo creo que este personaje es auténticamente rudo”, sonríe. “Algo que me llamó la atención es que, aunque es peligrosa, no hay maldad en ella. No es sólo una máquina de matar. En realidad, está empoderada y todavía no hay muchas mujeres, especialmente latinas, que estén representadas de esa manera”.

“Pasé mucho tiempo buscando a la actriz adecuada para el papel de Anaĩs”, dice O’Connor. “Daniella tiene esa cualidad misteriosa y escurridiza. Pensé que, si podía captarla, sería muy interesante para el papel, dados los giros y vueltas que da el viaje de su personaje a lo largo de la película.”

Al final de El contador, el público supo que Justine, la amiga neurodivergente de la infancia de Christian, era su ‘agente’ invisible, quien le proporciona datos e información pertinentes… y le sirve de intermediaria para trabajos, además de ser su enlace secreto con Ray King y Marybeth Medina. Ella ‘habla’ con una voz de acento británico, generada por una computadora de última generación. Allison Robertson, quien interpreta a Justine en la secuela, dice: “Christian lleva a Justine consigo a donde quiera que vaya; es como su amuleto. Es su fuente de información y recopila todos los detalles por él”.

En El contador 2, descubrimos que Justine no trabaja sola; lidera un grupo de jóvenes residentes de Harbor que, como Justine, son superdotados. Robertson explica: “La Academia Harbor es un refugio seguro para niños neurodivergentes que podrían pasarlo mal en un entorno escolar típico. Es un lugar para aprovechar sus habilidades informáticas mientras se convierten en los genios que son”.

Taylor comparte: “Tengo una hija neurodivergente y estar con ella ha sido un verdadero viaje. Ahora tengo la experiencia de caminar por el mundo con un niño que se siente desincronizado. No entienden por qué su cerebro no funciona como el de otros niños. Así que era crucial para Gavin y para mí presentar a esos personajes de forma auténtica”.

Para los papeles de Justine y su equipo, los cineastas determinaron contratar actores neurodivergentes o con espectro. Todos los actores de fondo de la Academia Harbor provienen de programas locales de Los Ángeles. “Nos impusimos eso como nuestra misión”, afirma Taylor, “porque no sólo fue importante conseguir esa autenticidad, sino que, además, siempre que haces un casting a cualquier actor, éste aporta sus experiencias personales a su personaje para apropiárselo.”

O’Connor recuerda: “Hicimos una búsqueda bastante exhaustiva para encontrar a estos jóvenes actores. Fue gratificante, no sólo por la cantidad de chicos que se presentaron a la audición y quisieron participar en la película, sino por lo talentosos que eran en lo que yo llamo ‘no actuar’. No actuaban, simplemente vivían los momentos y se expresaban como personajes de la forma más honesta y auténtica. Fue un verdadero placer trabajar con ellos”.

Junto a Robertson en las escenas de Harbor están Presley Alexander como Lane, Nik Sanchez como Charles, Corwin Ireland como Miles, Avery Taylor como Skye y Vincent Juskalian como Aidan. Además, Yael Ocasio, que se ve como Alberto Sánchez a los 13 años, también es neurodivergente.

La consultora en neurodiversidad Elaine Hall cuenta que los actores apreciaron el ambiente de inclusión que hubo en el set de filmación. “Lo increíble fue la amabilidad y el respeto de Gavin hacia los actores neurodivergentes. Siempre que había alguna duda sobre cómo hacer una escena, los reunía a todos y les pedía su opinión sobre lo que podían aportar a sus papeles y a la escena. Gavin sacó lo mejor de cada uno de ellos. El respeto que se concedía a sus ideas y a lo que podían aportar a sus personajes era siempre primordial. No era sólo inclusión, sino verdadera pertenencia”.

Dubuque dice: “Lo que pensé fue que, si tienes a estas personas en un lugar como Harbor y que son muy inteligentes… puede que no interactúen como lo haríamos tú o yo, pero diferente no significa menos que. En muchos casos, significa más que”.

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