En un sombrío giro de los acontecimientos, el proceso electoral en México durante el año 2023-2024 se ha convertido en el más violento en la historia moderna del país. Las cifras son alarmantes: 27 candidatos asesinados desde junio pasado hasta el 2 de abril, superando los 24 asesinatos registrados en el proceso electoral de 2018. Esta tendencia preocupante confirma que la violencia asociada a las elecciones ha ido en aumento.

La organización Laboratorio Electoral ha documentado 157 agresiones a aspirantes y personas relacionadas con el actual proceso electoral. Entre estas agresiones, 51 fueron asesinatos, de los cuales 27 eran aspirantes a algún cargo de elección popular. Además, se han reportado 9 secuestros22 atentados y 75 amenazas. El reciente asesinato de Gisela Gaytán, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, en el estado de Guanajuato, ha dejado en evidencia la gravedad de la situación.

En contraste, el proceso electoral de 2018 también fue marcado por la violencia, con 24 candidatos asesinados. Sin embargo, el actual proceso electoral ha superado esta cifra, y la violencia sigue en aumento. La firma Integralia reporta 300 incidentes de violencia política asociados a 399 víctimas durante el proceso electoral actual. El panorama es sombrío, y la seguridad de los candidatos está en riesgo.

La violencia no debe ser un obstáculo para la participación ciudadana. A pesar de estos desafíos, es crucial que los mexicanos ejerzan su derecho al voto y se involucren en el proceso democrático. Las autoridades deben tomar medidas efectivas para proteger a los candidatos y garantizar elecciones libres y justas.

En resumen, mientras las elecciones de 1994 parecen lejanas en el tiempo, la violencia en contra de políticos y candidatos sigue siendo una triste realidad en México. Es imperativo que la sociedad y las instituciones trabajen juntas para erradicar este flagelo y construir un futuro más seguro y democrático para todos.

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