Grandes efectos especiales y secuencias de acción es lo que podemos encontrar en Alita Battle Angel, una película con un exceso de historia que no supo manejar Robert Rodríguez. La historia aborda tantas problemáticas y no cierra ninguna, desperdiciando la oportunidad de rendirle tributo o hacerle justicia a la historia original.
Alita Battle Angel es la historia de un Cyborg, un robot con cerebro humano que es encontrado en un basurero y reconstruido por el doctor Dyson Ido, interpretado por Christoph Waltz. Alita, interpretada por Rose Salazar, despierta con amnesia sin recordar su pasado, se irá descubriendo a la par que se enamora y vive como adolescente a pesar de tener300 años de vida. Haciendo relaciones con otros humanos y cyborgs se dará cuenta del mundo en el que vive lleno de basura y desechos dominado por una ciudad flotante llamada Salem donde vive una sociedad privilegiada de la que poco se sabe y que presuntamente ganó una batalla 3 siglos atrás. Alita tratará de ayudar a su novio Hugo, interpretado por Keean Johnson, y se involucrará en un juego deportivo y de la muerte que mezcla las velocidad, un balón y un aro.
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Lo positivo es la propuesta artística, las escenas de acción, la tecnología para crear la fisonomía de Alita y algunos de los vestuarios de los habitantes. Tiene muy buenos momentos en los encuentros deportivos y la edición tiene un atractivo. Cumple con la estrategia de usar una edición rápida con tomas menores a 5 segundos para engañar al público y hacerlo creer que la película es buena
Lo malo es el guion. Robert Rodríguez y James Cameron desaprovecharon la oportunidad de adaptar una historia del manga japonés de la década de los 90 conocido como GUNNM, la historia de una guerrera derrotada y dada por muerta que es revivida como ciborg y conforme recupera la memoria retoma su misión y la adapta a un futuro distópico en el que el mundo es oprimido por una clase dominante en tecnología. Su gran aliado es el doctor que la volvió a la vida, el doctor Ido que renunció a Salem, la ciudad flotante.
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La historia desaprovecha la profundidad y trata de ser amable y comercialmente correcto y atractivo para la mercadotecnia, priorizaron el marketing sobre la cohesión en la historia y los motivos de los personajes. Mientras la estética es atractiva, también es incongruente porque hablamos de un mundo distópico y en la película no hay ni un fierro oxidado. Vemos a un Ciborg con amnesia enamorándose en lugar de tener problemas de personalidad. Vemos a villanos caricaturizados sin motivos y en el romance vemos conflictos que hemos disfrutado en películas de Disney como Enredados, donde la princesa termina salvando al príncipe arrepentido que la traicionó contra su voluntad.
Si quieres ver una película con un futuro distópico con conflictos más profundos y congruentes, puedes ver las películas basadas en la obra de Isaac Asimov como Yo Robot, Inteligencia Artificial o mi favorita: El hombre Bicentenario con Robin Williams.
Alita, supongo que el manga debe ser bueno, por eso James Cameron buscó los derechos desde el año 2000 junto con Guillermo del Toro. Lástima de lo que hicieron, una película de fórmula con profundidad baja sin cohesión, es decir: muchos problemas con soluciones fáciles sin conflicto.
De Eiza González, la actriz mexicana, sus 3 minutos a cuadro son de una secuencia de pelea promedio para Hollywood de la que resalto que ya puede presumir haber trabajado con Robert Rodríguez y James Cameron.
