Si se quieren desconectar, reír y pasar un rato agradable, Hazme el favor, la película protagonizada por Jennifer Lawrence, es una opción para divertirse. Esta historia es desenfadada; el director y guionista Gene Stupnitsky hace con Lawrence lo que ya había escrito en 2011 con en Mala Educación, en donde Cameron Díaz interpreta a una profesora en crisis. Y de nueva cuenta logra replicar la esencia.
Maddie Barker es una mujer en varias crisis a sus 32 años: la de personalidad ante su falta de compromiso y falta de metas claras en su vida; y la económica, ya que trabaja como cantinera y enfrenta serios problemas en el pago de impuestos. Luego de que le embargan su auto, Maddie hace caso a un anuncio en el que una familia adinerada paga un auto usado de modelo viejo a cambio de que una mujer salga con su hijo de 19 años y le quite la inocencia. Ella acepta y así es como nace la relación entre Maddie y Percy Becker, interpretado por Andrew Barth Feldman, en una breve, irreal, divertida y atrevida historia.
Mala Educación de 2011 con Hazme el Favor de 2023, coinciden en enfocar la crisis femenina en su madurez y en plantear que la sexualidad es una de las alternativas viables para que la mujer salga de sus problemas económicos. El planteamiento se siente viejo, carece de sintonía con la perspectiva de género y hasta se podría sentir machista. Ambas historias si son divertidas, pero juegan en la frontera de ser canceladas por la visión retrógrada.
Jennifer Lawrence vive un momento de su vida profesional en el que puede interpretar papeles absurdos y cómicos como en Hazme el favor, como de crítica social en No mires arriba o de acción como en la saga de X Men o los Juegos del Hambre, pasando por intensos y profundos personajes como en Madre, Passengers, Estafa Americana o Serena y Joy. Ahora hace un semidesnudo divertido y sorprendente. Ella es garantía de taquilla.
La historia tiene algunos huecos argumentales que impiden que la trama sea verosímil, tal vez la exageración de las situaciones y decisiones de los personajes sea lo que estalla la comedia. SI no nos detenemos a pensar en el guion, la historia fluye y funciona.
Las actuaciones me hicieron recordar a comedias románticas producidas en Hollywood en la década de los 90, la historia cumple, sigue una fórmula, conserva el estilo. Dudo que se vaya a convertir en un clásico, pero si podría ser la favorita de los seguidores de Lawrence.
Es una comedia romántica para adultos, hay lenguaje ofensivo, desnudos y se habla de intimidad con mucha libertad. En la sala a la que asistí hubo muchas risas, la mayoría de nervios porque no con cualquiera te puedes reír de lo que pasa bajo las sábanas.