Un ejemplo de las arcaicas y mañosas políticas mexicanas se muestra en la actual disputa por el liderazgo de la Cámara Nacional de Comercio, Canaco en Tijuana. Es un ejemplo que nuestra política alejada de la sociedad no sólo está en los políticos, sino en nuestros comerciantes, en todo donde haya poder.
En la elección por la siguiente administración de Canaco Tijuana hay dos grupos que se pelean por representar a los comerciantes en la frontera, y sin ponerles nombre, los primeros son los disidentes, un gruppo que ya estuvieron al frente de la cámara y ocuparon posiciones en la política local; del otro lado está el oficialismo, que se ha mantenido durante los últimos cuatro años liderando la cámara.
Desde que me enteré que la disidencia de Canaco intentaría inflar la membresía de la cámara para equilibrar o ganar las elecciones, me parecía que legalmente estaban en una ruta apegada a una interpretación del derecho pero injusta, aprovechada y desleal al principio democrático de las elecciones limpias, equitativas e imparciales.
Pero la parte oficial también tendría una clara estrategia para heredar el poder y conformar una planilla que concentraría a los comerciantes más experimentados para afianzar el triunfo sin permitir nuevas voces acorde a los tiempos.
La mañosa interpretación de los estatutos arcaicos permite que ambos grupos tengan razón pues los artículos escritos permiten que los agremiados voten y sean escuchados sin haber madurado y eso fue aprovechado por ambos bandos. Lo lamentable es que todo se reduce a buscar el poder sin la esperanza a que el comercio en Tijuana se actualice, que engrose sus agremiados con calidad o convicción y amplíe su atención a las nuevas formas de comerciar en el mundo.
Ambas planillas son viejas miradas, políticamente anacrónicas y sin una real representación de un comercio que necesita Tijuana en los tiempos de Trump y sus aranceles, de San Diego y su crisis hipotecaria, de los Tijuanapijamas, de las Nenis, de las Palets, del comercio electrónico y los tiempos de Morena ignorando las reglas básicas de economía nacional e internacional.
Pensemos que hasta Toys R Us quebró ante el comercio electrónico; Game Stop fue rescatado por accidente; y en Tijuana seguimos sin entender la nueva realidad de la economía. ¿Saben que el más jóven comerciante en Canaco tiene 41 años? Para nada es el futuro.
No veo a Canaco generando estudios serios de nuestra economía, creando bases de datos sólidas, proponiendo reglamentos, propiciando oportunidades como incubadoras para emprendedores o centros seguros para la entrega de productos de las Nenis.
Seamos honestos, Canaco empieza a unas cuadras de la garita y termina en zona rio. Canaco no existe en la zona Este, como si no hubiera comercio en la zona popular de la ciudad.
El comercio de Tijuana tiene más necesidades que inflar membresias para votar o impedir el registro de nuevos comerciantes para afianzar la herencia controlada. Tenemos líderes con una visión tan corta que me cuestiono si realmente tenemos a los líderes que nos merecemos, con conductas infantiles, arcaica y luchando por el poder.