¿Quién es Ernesto Eslava?

Siempre me han gustado las cifras y las biografías, me agrada narrar historias y noticias, busco los datos que nos ayuden a conocer nuestra realidad. Desde 2001 me involucré en los medios de comunicación en Tijuana pero desde 2004 empecé a escribir noticias, desde entonces salgo a la calle buscando regresar a la redacción con la nota que abra el noticiero, la que ayude a retratar nuestra realidad y contribuya a que la comunidad tome decisiones mejor argumentadas y por ende más útiles.

Cursé la Maestría en Gestión y Políticas Públicas, donde investigué el problema de atención oncológica a los pacientes con cáncer en Baja California. Es otro tema que me apasiona mucho y procuro abordarlo sólo en momentos muy serios, me parece un reto social que no se ha dimensionado correctamente, ya que gubernamentalmente es insuficiente lo que se hace para abatir la segunda causa de muerte de los mexicanos.

Me considero tímido, aunque mis amistades me digan lo contrario, he descubierto que bailar Salsa es mi peculiar forma de meditar y encontrar equilibrio y siempre ando invitando a todo mundo a coordinar los pies izquierdos. Adoro las quesadillas de Flor de Calabaza, Huitlacoche, los licuados de Mamey, los tamales rosas de los mercados del DF y los de frijol negro en hoja santa de Oaxaca, los chapulines, el vino Torres Alegre del Valle de Guadalupe; la Cerveza Azteca y la Red Trolley, esa que sabe a Disneylandia… Algunos amigos y familiares creen que me gustan los Bubulubus, pero realmente es un chiste que sólo cuento y dramatizo en ocasiones especiales.

No hay otra cosa que me haga feliz que provocar sonrisas, aunque nunca he intentado ser gracioso, es frecuente prometer ya ‘ser serio’ y lamentablemente mis ejemplos y anécdotas siempre terminan en momentos chuscos. Eso creo que me ha atraído a muchas amistades.

Me chocan los Romeritos, el Hígado, Maná y Arjona. Tampoco me gusta que me digan ‘amigo’… siempre he pensado que la amistad es un verbo activo que se demuestra y no se invoca. Ser amigo es ‘estar’ y es la base de cualquier relación humana. De hecho, mi perro que se llama Pato, es mi amigo porque él siempre está.

Un día hice muy mal la tarea, un ejercicio de 20 operaciones. La profesora María Eugenia Galván se molestó tanto que me escribió un recado citando a mi madre para llamarme la atención. Con letra firme en tinta roja escribió: «Sra. Díaz, urge que asista a la escuela. Su hijo No sabe Dividir»… y creo que así es, siempre me ha gustado sumar, siempre trabajar en equipo.