Hace dos semanas atrás, el 18 de julio para ser exactos, en un evento protocolario en la preparatoria federal Lázaro Cárdenas, la Alcaldesa de Tijuana realizó la entrega oficial de 104 de 260 patrullas arrendadas a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Tijuana.
Ahí, ante un desangelado público asistente, en su mayoría funcionarios públicos y uno que otro representante ciudadano, Monserrat Caballero refirió que valía la pena invertir 17 millones de pesos mensuales en el arrendamiento de las nuevas patrullas a comprarlas directamente con los recursos públicos de la ciudad.
La principal justificación, como lo han venido haciendo las últimas administraciones municipales en el caso específico del arrendamiento de camiones recolectores de basura, sigue siendo la misma: las piezas para repararlas son muy caras y el mantenimiento por consecuencia muy elevado en los talleres al servicio del Ayuntamiento de Tijuana que curiosamente operan con total falta de transparencia en los costos por cada compostura.
En teoría, el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tijuana, José Fernando Sánchez González, refirió que las nuevas patrullas arrendadas presumidas por la Alcaldesa de Tijuana, estarían desplegadas en los 14 distritos policiales con que cuenta esta ciudad fronteriza.

Hasta aquí estimado lector, todo pareciera muy bien en un momento tan complicado de inseguridad que vive nuestra querida Tijuana, pero con lo que no contaban las autoridades municipales es la resistencia que encontrarían por parte de los policías municipales que estarían a cargo de cada una de las nuevas patrullas.
Y usted quizá al momento de leer esto pensará que los oficiales son unos malos agradecidos con la Alcaldesa y el propio Secretario de Seguridad, ya que al final de cuentas les están entregando patrullas nuevas.
Mire usted, desde la llegada de las nuevas patrullas, los policías municipales están siendo presionados a tener que firmar un resguardo que los responsabiliza por cualquier daño que pudieran tener las nuevas unidades porque como era de esperarse, el arrendamiento fue mal hecho y no se previó que se contara con un seguro cuya cobertura contemplara no sólo los daños a terceros sino también los que surgieran para las patrullas.
Así que ahora, cada una de las nuevas patrullas arrendadas tienen sólo seguro para cubrir los daños a terceros pero si una patrulla por ejemplo se ve involucrada en un choque y resulta dañada, será el responsable del resguardo firmado quien tenga que responder por eso, en este caso los policías municipales.
Como era de esperarse, los policías de Tijuana no quieren firmar el resguardo y esto ha ocasionado que la mayoría de las nuevas patrullas rentadas que entregó la Alcaldesa Monserrat Caballero desde hace dos semanas, permanezcan ahí amontonadas en los patios de cada una de las delegaciones policiales de la ciudad.
Vaya problema que ha generado sin duda, no revisar a detalle este tipo de arrendamientos en los que como siempre, se piensa en todo pero menos en el policía, por lo que llama mucho la atención que detalles como estos pasen desapercibidos por la lupa de los regidores que integran el Cabildo de Tijuana, porque situaciones como éstas no son cosa menor al momento de levantar la mano para aprobar arrendamientos millonarios en los que está de por medio el recurso público de los tijuanenses.
Ojalá que por el bienestar del policía esta situación de la cobertura de los seguros de las nuevas patrullas sea atendida porque en estos momentos los oficiales deberían estar más concentrados en atender las emergencias y prevenir el delito en cada una de las colonias a estar preocupados por si le llega a pasar algo a su unidad tener que pagar con su sueldo lo que le debe corresponder a la administración municipal. Estaremos atentos a esta situación, escríbeme a estrada.maldonado.ismael@gmail.com, ¡nos leemos pronto!