Es la profundidad de lo superficial, así puedo definir al drama psicológico que presenta la directora Alejandra Márquez Abella que se inspiró y retomó ensayos de Guadalupe Loaeza para retratar el impacto y drástico cambio de vida de las familias de alta sociedad luego de la crisis económica de los 80 en la Ciudad de México. Aunque la historia trata de ser universal, realmente solo le habla a la sociedad del Distrito Federal.
Las niñas bien, es lahistoria de la familia de Sofía, interpretada por Ilse Salas, una mujer acostumbrada a lujos en su casa de las Lomas de Chapultepec. Sofía nos presume su armario, sus fiestas, su estilo de vida que le puede dar su esposo Fernando, interpretado por Flavio Medina, un empresario alcoholíco que cae en profunda depresión ante la pérdida de inversionistas norteamericanos. Ante la crisis Sofía rompe sus normas mientras pierde y cambia de amistades. La soberbia y la codicia la pondrán a prueba y nos revelarán uno de los puntos altos del clasismo en México.
A destacar el lenguaje cinematográfico, las tomas artísticas y la edición que permite interpretar los pensamientos de las protagonistas. El guion tiene una adptación extraña, que profundiza en los motvos y perfiles de cada personaje pero avanza poco como historia, de hecho se siente densa y lenta.
A destacar la actuaciones de Ilse Salas y de Paulina Gaitán que interpreta a Inés, una mujer de clase media que se casa con un empresario y ya con dinero busca la aceptación de la decadente clase alta.
LEE: Roma, tan parecido a un abrazo desde la cotidianidad
La película se enfoca en los problemas femeninos de los 80, es un buen ejercicio social, psicológico que apela a lo melancólico de las modas y costumbres de hace 30 años muy focalizados en la Ciudad de México. Dudo que la crisis se haya vivido igual en todo el país, por lo que dificilmente habrá una total identificación con los personajes.
El diseño de producción tiene solo dos detalles notables: los tenis que eran el mismo estilo para todos los personajes y el estilo de billetes de dólares.
La película es buena, es interesante, resultará más atactivo para las mujeres y para quienes vivieron desde los bolsillos la crisis de los 80 en la Ciudad de México.