Imaginen que lo absurdo que sería si un concurso de gastronomía en México se ganara con una torta de jamón serrano o una semifinal con una gelatina de mosaico. Así la calidad del guion y la historia sobre gastronomía mexicana que no sirve para dormir ni tampoco para entretener, es una película carente de toda lógica en el guion y en la historia: es la nueva película protagonizada por Adal Ramones: Cuarentones.
Cuarentones es la historia de César, interpretado por Erick Elías, y de Paolo, interpretado por Adal Ramones. Ambos socios de un restaurante de comida italiana que deciden participar en un concurso gastronómico en Cancún pues Paolo quiere el premio para pagar los estudios de su hija y César quiere huir de su familia pues acaba de descubrir que su hijo realmente no es suyo sino de otra relación que tuvo su esposa Amelia, interpretada por Ximena González. La crisis de César los lleva a vivir una aventura con dos mujeres en la playa, ganar el concurso de gastronomía con bajas exigencias y regresar a sus vidas sin consecuencias.
La historia escrita y dirigida por Pietro Loprieno tiene muchos huecos argumentales que hará cuestionar al auditorio sobre las verdaderas capacidades actorales de los participantes. Se nota que solo hay un director y un escritor en la historia, pues se nota que el escritor italiano desconoce de la cultura y gastronomía mexicana. Fotográficamente no vemos ningún platillo interesante o complejo a pesar de que la historia es protagonizada por dos chefs y propietarios de un restaurante. Tampoco se profundiza en la historia del resto de los personajes, ni sus motivaciones ni intereses.
Las actuaciones también son muy pobres, Adal Ramones es el único que pudiera tener tablas de actor y su tono de comedia lo hace destacar pues siempre está en modalidad de sátira mientras que sus compañeros nunca entran en un personaje sólido. Tal vez la falta de peso se deba a la dirección o a lo endeble del guion.
Un ejemplo de las carencias del guion: la familia de César es plana y nunca se sabe la razón por la que hay una confusión con la paternidad del hijo de Amelia y César ni tampoco de lo que los lleva a romper y reconciliarse.
Aunque la trama o idea pudiera resultar interesante, la historia se desarrolló torpemente y sin argumentos que provoca huecos argumentales que harán que el público se cuestione constantemente si lo que ve tiene lógica.
Cuarentones no es recomendable para nada ni nadie. No hay nada interesante que ver en esta película mexicana que ahora está disponible en Netflix.