¿Alguna vez te has preguntado cómo se siente no ver a tu familia, no poder salir de un país y aún así ser discriminado por el deseo de mejorar la calidad de tu vida? ¿Desesperación y culpar a tu pareja, te suena familiar?
Despertar de conciencia… ¿lo entiendes?
Durante los días es fácil caer en rutina, sentirse perdido, rechazado, que siempre falta dinero, el estrés crece, la baja productividad, no cumplir con necesidades básicas tan sencillas y complejas como responsabilidades en casa: desespera.
La parte personal se vuelve un punto vulnerable en el que culpamos generalmente a otros más que voltear a vernos a nosotros mismos y ahí encontramos excusas…
A veces cuando nos damos un tiempo para esperar y reflexionar al salir del entorno, salir de casa después de estar solo en fechas especiales y salir solo… algo así viví algo así sucedió, entrando el año, nuevo hogar, sentirse mal y atraer mejor trabajo tal vez más dinero, pero sentir ausencia de personas…
Caer y esconderse, centrarse en la parte productiva y sentir que se crece en el trabajo pero ocultar una necesidad, enfocarse en trabajar para no tener tiempo de analizar.
¿Te han cambiado por alguien, te has sentido así?
Los días eran terroríficos, la depresión estaba presente desde meses atrás. Ocultarse en el trabajo para ocultar un duelo…
Al saber que una relación termina, el levantarse gritar, hablar con el psicólogo a diario, las noches eran lo peor, la imaginación traiciona y en el proceso la pregunta y exclamación es ¡carajo!
¿Qué está pasando? El bajar de peso, la culpabilidad y el sufrimiento de diario la culpabilidad era lo que estaba ocasionando una ansiedad, eso hizo buscar una alternativa de medicina.
El tener amigos cerca, algún socio personas que te apoyan para levantarte es siempre el respiro que necesitamos, el estar con buenas personas alrededor dando soporte y palabras de aliento en los momentos de frustración y el juego mental de culpabilidad, llamadas e insistencia, rechazos continuos pero buenos amigos cerca ayudan a que el proceso sea un poco más llevadero o por lo menos en un arranque en un impulso uno pueda correr a un lugar seguro da un sentimiento de reconexión.
El reunir todo lo que tenía e invertir en arreglarse a sí mismo, “invertí todo lo que tenía en arreglarme yo” terapias de electromagnetismo, reiki, psicólogas y decir “no voy a quedarme en este pinche punto”, invertir en mí.
“El ir a terapia y exigir a la pareja ir cuando realmente me di cuenta que el que necesitaba terapia era yo” si quieres conocer al demonio párate frente al espejo.
Salir, divertirme, hacer deporte, hablar a mis amigos, conocer personas pero sobre todo asumir la responsabilidad y con amor, con miedos con culpas y viviendo con la loca de la casa (mente) teniéndola sin control es como estar dentro de un huracán…
-Me cache-… como inmigrante la solución no es estar solo, es estar cerca de amigos. No de los de la “peda” no los del baile no los de las drogas … amigos “gente que uno considere, señores o “compas” con los que uno pueda desahogarse y llorar” el mejor consejo es: llorar… lloren todo lo que puedan.
Liberar emociones, dejar que las emociones sucedan…
Mi coche fue mi sala de terapia, mente madres, lloré, me desespere y al final de cuentas eso me ha servido.
Me siento más fuerte, más seguro de mí mismo y conforme uno aprende a decir: no mames soy una persona que vale y creérsela, abrazarse con amor… el amor llega y nos atrapa.
Afuera, hay gente que ve todo el potencial que nosotros no podemos ver en nosotros mismos.
Hay personas que van de lugar en lugar de trabajo en trabajo de relación en relación sin hacerse responsables del impacto que tienen sus cambios con las personas que están a su alrededor y más que todo, sin darse cuenta de las personas a las que lastiman por falta de empatía. Y hay una diferencia entre “lo hago como quiero, porque así soy y así lo creo”… o me tomo el tiempo y voy con un profesional que me ayude a hacerme responsable de mis emociones…y eso hice y está funcionando.
Palabras de Inmigrante Mexicano en Phoenix, Arizona. Estados Unidos.