Pobres Criaturas es una película tan extraña como interesante, muy recomendable para quienes quieran ver una historia diferente, que propone profundizar en la existencia, hacer comedia, mezclar una aventura, con el romance y un drama familiar. La propuesta del director Yorgos Lanthimos cautivará a los más exigentes en nuevas propuestas en una película que no necesariamente será la más popular pero sí es la más compleja, detallada y cuidada. Es un guiño a lo que todos conocemos de Frankenstein pero llevado a un terreno artístico y estremecedor.
Emma Stone produce la película e interpreta a Bella Baxter una mujer que fue sometida a un inusual procedimiento médico en el que sustituyeron su cerebro por el de un bebé, el de su propia hija. Con esa inocencia, visión y libre de prejuicios, Bella emprenderá una aventura amorosa con el abogado Duncan Wedderburn, interpretado por Mark Ruffalo, con quien conocerá al mundo, se descubrirá a sí misma en una travesía por los placeres, las injusticias y la crudeza del mundo del que quiso protegerla su creador, el doctor poco ortodoxo Godwin Baxter, interpretado por Willem Dafoe.
La estética es atrevida y en su diseño de producción mezcla un vestuario virreinal, medieval, con olanes y transparencias. Arquitectónicamente hay referencias a Leonardo Da Vinci, al arte gótico y al surrealismo. Pero la verdadera sorpresa es el guion, profundo, crudo y divertido, es una aventura que tiene capas que transitan desde lo mágico hasta preguntarse sobre su existencia y motivaciones de vida. Realmente merece 4.5 de 5 estrellas por la complejidad y los cuestionamientos que nos plantea.
Pobres Criaturas nos da dos horas y media de drama, romance y aventura. Emma Stone como Bella Baxter inicia con preguntas y debates básicos que resuenan como comedia, pero mientras avanza la película vemos la madurez del personaje y transitar por cuestionamientos existencialistas, de sus motivaciones, su rol, su cuerpo, el matrimonio y el papel que juega en sociedad; incluso por el dilema de descubrir la mentira, del perdón a su creador que funge como padre. Se nota que hay un profundo trabajo de los guionistas Tony McNamara y Alasdair Gray, que pueden competir por los premios por venir, en re imaginar la historia de Frankenstein y conservar la esencia, destacando que el verdadero monstruo es la humanidad y sus reglas.
Pobres Criaturas no es para todo el público. No solo por las escenas eróticas y los momentos íntimos que estelarizan Stone y Ruffalo; sino por la real profundidad de debates que plantea, que cuestiona y las conclusiones a las que se llega. Es una película muy buena, profunda y atrevida, pero no es comercial y difícilmente será la preferida de las mayorías.
Luego de ganar el Oscar como mejor actriz en 2017 por el musical La La Land, Emma Stone se ha mantenido en proyectos que consolidan su madurez actoral y visionaria en el mundo cinematográfico. En Pobres Criaturas hay un firme paso en el que imprime el crecimiento actoral demostrado en la evolución del personaje Bella Baxter transitando de la inocencia a la madurez.
Stone a sus 35 años la hemos visto pasar por proyectos comerciales, taquilleros, diversos y galardonados como La La Land de 2016, The Help de 2011, Spiderman de 2014, como Cruella de 2021, La Favorita de 2018 y Zombieland de 2019.
Stone en Pobres Criaturas funge como una de las productoras que proponen una línea atrevida que estremecen y conmueven a cualquiera.
Pobres Criaturas es perfecta candidata a los premios de mejor actriz, guion, diseño de producción, edición, vestuario y maquillaje. Nos vemos en Los Oscar.