Para celebrar y conmemorar la historia de aquellas personas que dieron forma al cine y la cultura en México, la 36° edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara realizó una entrevista a modo de retrospectiva a la actriz mexicana Elsa Aguirre, una de las divas e íconos más importantes en la historia del cine de oro mexicano.

En su exitosa carrera de casi 4 décadas actuó junto con otras grandes celebridades en películas como “Cuidado con el Amor” con Pedro Infante, “La Mujer que Yo Amé” con Agustín Lara, “Vainilla, Bronce y Morir” con Ignacio López Tarso, y muchas, muchas más.

La plática fué encabezada por el maestro y crítico de cine Silvestre López Portillo., y se presentó en vivo a través de las redes sociales del FICG ya que, desafortunadamente la actriz sufrió un percance de salud de último momento que le impidió viajar, pero ella expresó sus grandes deseos de ir y conocer a las nuevas generaciones de cineastas.

Elsa Aguirre comenzó hablando de sus inicios, platicando de cómo venía de una familia numerosa y muy pobre. Sin embargo, tras haber participado en un concurso de belleza a los 15 años, se le abrieron las puertas al mundo de la actuación. Ella recordaba un momento en particular durante el rodaje de “El Ladrón” en las playas de Acapulco, donde de noche se topó con un pelícano sobre una roca que la llevó a un momento de profunda introspección sobre su vida y su futuro.

Esa introspección la llevó a dar sus opiniones sobre la vida, la espiritualidad, y la libertad y la búsqueda de la misión personal como aquello que la movió a la actuación y la guió a lo largo de su vida.

Habló de su proceso de trabajo con los directores y actores, explicando cómo ella “vivía a los personajes”, recibiendo muy poca dirección y colaborando en los ensayos para comprender mejor a cada personaje, pero también expresó su deseo a temprana edad de retirarse, de cómo sentía que la carrera que le brindó la fama también le estaba impidiendo conseguir la libertad que siempre quiso ella tener toda su vida.

Expresó algunos de sus arrepentimientos y lamentaciones más grandes, como el haber perdido a su hijo a los 30 años por el alcoholismo, y el nunca haber trabajado con el cineasta Luis Buñuel o la actríz María Félix, con quien ella dijo siempre haber tenido tensiones que nunca pudieron resolver. También reflexionó sobre cómo era el rol de la mujer en el pasado, de las opresiones que vivió y cómo se alegra que ello esté cambiando.

La actríz terminó la plática mandando un mensaje de ánimo a todos los directores y realizadores en el FICG, felicitándose por dedicarse al arte y de aprovechar su poder para cambiar el mundo, y a manera de un “hasta luego”, declaró el que ella seguirá aprendiendo, disfrutando lo que le queda, y haciéndose responsable de la vida que vivió

“Nosotros somos arquitectos de nuestro propio destino. No podemos echarle la culpa a nadie”, declaró Elsa Aguirre.

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