No te preocupes cariño es el ejemplo de los resultados del marketing del escándalo para llevar audiencia a una película con fallas en el guión y en la producción. Es un thriller psicológico que transita a historia de ciencia ficción que retoma inspiración de Mátrix, Los Simpsons. La isla Siniestra y Memento.
Florence Pugh interpreta a Alice Chambers, una esposa abnegada que vive con un estilo Californiano de los 50 en Valle Victoria, una comunidad en la que la paz se sostiene en la rutina repetitiva de los quehaceres del hogar y el convivió entre vecinos. El desequilibrio de su vecina Margaret, interpretada por Kiki Layne, le detona la curiosidad sobre los límites geográficos de la comunidad y del trabajo que realiza su esposo Jack Chambers, interpretado por Harry Styles, en la corporación de Frank, interpretado por Chris Pine. Mientras confronta y explora su realidad, Alice descubrirá que no pertenece al mundo en el que vive sin recuerdos.
Los elementos de producción están bien coordinados y estéticamente es agradable apreciar los esfuerzos por ambientar de los 50 a la producción desarrollada físicamente en Palms Springs en California. Cumplen las panorámicas, los detalles, los autos, los atuendos y la moda. La producción logra un ambiente simétrico, pastel y meloso que es atractivo para el desarrollo de cualquier historia de suspenso.
Las actuaciones cumplen, Olivia Wilde logró proyectar el desequilibrio del personaje y Pine es un villano al que sí se le puede temer y proyecta un riesgo para las vidas del resto de los personajes. Harry Styles cumple con la actuación del esposo más casado con el empleo y con el desfase de realidad que nos muestra al final.
Con la historia es donde está el problema. Siendo una trama que toma prestados elementos de tantas obras pasadas y famosas, Wilde como directora se tardó en despegar la trama pues se queda estancada por más de una hora tratando de explicar las razones y motivaciones de cada personaje, incluyendo de los irrelevantes para la vida de la pareja Chambers. El guion y la historia, no dejan de ser referencias de historias ya vistas y reconocidas por quienes gustan de los thrillers psicológicos. El suspenso es poco y de calidad pero llega al final de la historia en la que la emoción está transformada en desesperación para que culmine la cinta de dos horas.
La historia tiene elementos que pudieron haber sido rescatados en la edición pero que nadie se preocupó por repasarlos al hacer las muestras de prueba.
Wilde tiene nueve proyectos como directora, en diferentes géneros y con distintos actores e integrantes. Donts Worry My Darling gana experiencia para la directora y actriz Hollywood en se que requiere de más herramientas discursivas y mejorar sus historias y guiones para alcanzar más reconocimientos en la área que ahora explora.
Lo que no entendí es la razón por la que Pugh por momentos se parecía a Daniela Luján.