Alucinante, con grandes propuestas narrativas y visuales, así es Love, Death and Robots, una serie de Netflix que te deja preguntas existenciales sobre el futuro que tenemos como humanidad. La diversidad de arte y diseño, así como la agilidad narrativa audiovisual y en los guiones son cautivadores.
Love, Death and Robots son 18 cortometrajes independientes entre sí con un común denominador: un futuro distópico en el que la tecnología está involucrada. La mayoría revelan historias densas bien explicadas y abiertas que permiten profundizar en los problemas que se resolverán en el episodio y los que podrían desarrollarse en otras temporadas. En todas se habla del amor o una pasión, está presente la muerte e indirectamente hay robots o tecnología.
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En cada episodio vemos propuestas artísticas diferentes, la mayoría son en tres dimensiones pero no todas son caricaturas, algunas se atreven a intervenir video para resaltar texturas, otros a manejar trazos simples confiando en que su fortaleza estará en el guion.
La serie es producida por Tim Miller de Deadpool y al menos en 15 episodios hay guion de Philip Gelatt que ha trabajado para televisión, cine y videojuegos.
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De los episodios que puedo recomendar ampliamente son La Ventaja de Sonnie, Los tres robots, Testigo y Blue Zima. Las peores son Era de hielo, por lo predecible e Historias Alternativas con un guion básico.