Este drama autobiográfico que dirige Steven Spilberg es una historia poderosa e inspiradora que cualquier familia puede apreciar para dimensionar el poder de seguir lo que nos dice el corazón y reconocer que la pasión es uno de los caminos para conocernos.
Los Fabelman es la historia de Sam Fabelman, interpretado por Gabriel LaBelle y Mateo Zeryan, que durante diez años conoceremos su relación con el cine lo hace madurar y conocerse. En una época post segunda guerra mundial en Arizona, Sam quedará impresionado con la escena de un choque de trenes que ve en el cine a los siete años y desde entonces trató de capturar en video muchos momentos de su vida hasta que descubre un secreto familiar que le cambiará la vida al terminar la preparatoria y lo obligará madurar mientras reconoce las motivaciones de sus seres queridos y a su vez seguir su pasión.
En cada escena hay momentos de motivación, de sueños por alcanzar y de retos cotidianos que es fácil reconocerse en el drama familiar. Lo que luce en la película es la historia y el guion, pues hay mucha riqueza en el tejido y la construcción de Sam y su pasión por contar historias.
Desde sus primeros trabajos filmando con una cámara ocho milímetros hasta usar una de 24, reconoceremos que la constante es la fuerza que proyecta el contar historias y tener el poder de trasmitir y provocar emociones. Sam así logra enamorar, disipar enemigos y encontrar lazos con sus hermanas que son sus cómplices y actrices en cada aventura, su padre que lo apoya con miedo a lo desconocido, su madre amorosa y su tío desenfadado.
Los Fabelman logra retratar un drama con encuadres que funcionan y un ritmo claro; lo poderoso se concentra en la historia hecha guion por Steven y Tony Kushner, también es de reconocerse la agilidad en la que es contada la historia tanto en actuación como en la edición, variedad de encuadres y musicalización, incluso con las melodías que acompañan a los proyectos que Sam comparte con sus amigos, familia y escuela.
Claramente es una especie de biografía en la que Spilberg trata de mostrar una infancia dificil, de bullying, de problemas familiares, el divorcio de sus padres, de mudanzas que obligan a migrar y adaptarse; así como del cine que cela y demanda tiempo y corazón. Incluso Steven recreó una famosa anécdota en la que conoce y recibe un consejo del director John Ford. Spilberg nos ofrece entrar a lo más querido de sus motivaciones y que cada quien tome lo que le mueva, le toque o lo refleje.
La película es un satisfactorio momento de esperanza, de alegría y nostalgia de un estilo de vida que ya no será, pero que siempre nos hablará de un futuro posible y alcanzable.
Los Fabelman es una película que sí volveré a ver, ahora tengo una película que visitaré constantemente para apapachar mi corazón.