La distancia que nos separa de la Ciudad de México es tan grande como el desinterés del presidente por Baja California.  Ese desprecio no es cosa nueva, lo hemos sufrido desde hace muchos años.  Frecuentemente es explicado con argumentos como, que el voto bajacaliforniano es tan pequeño que no pinta en una elección federal o que los recursos hacen más falta en el sur del país. 

Sea como sea, hace varias décadas que gobiernos de todos los colores se han negado a reconocer las necesidades y apoyar el potencial que tiene Baja California.  No hay una sola obra de gran impacto, financiada por el gobierno federal, desde hace unos 40 años.

La presunta amistad entre el presidente López Obrador y el gobernador Bonilla, llevó a algunos a abrigar la esperanza de que Baja California recibiría más atención durante estos dos años, pero fuera de las ocho visitas presidenciales, esa relación no trajo nada digno de escribirse en la historia de la entidad.  Desde el centro nos ven como el último rincón del país.

Y para 2022 las cosas no pintan mejor.  El presupuesto enviado por el ejecutivo a la Cámara de Diputados contempla una reducción de 5.4 % en las aportaciones federales destinadas al estado.  El Paquete Económico propone que la próxima administración estatal disponga de casi 20 800 millones de pesos, esto significa una disminución de 403.5 millones de pesos, con relación a los 21 177 millones de pesos aprobados en 2021.  Son recursos del famoso Ramo 33, todo etiquetado para educación, salud, infraestructura social, seguridad pública y fortalecimiento de los municipios.  Así es que, si Usted vio poco cambio este año, puede esperar todavía menos para el próximo. 

En cuanto a la inversión federal, sigue sin aparecer el Fortaseg, el fondo que sirvió hasta 2020 para reforzar los cuerpos policiales de los municipios, que fue desaparecido por la 4T en 2021.  Para la infraestructura carretera, solo están contemplados dos proyectos de mejoramiento, uno en la Transpeninsular y otro en el tramo Punta Colonet-Lázaro Cárdenas.  269 millones de pesos serán aplicados en la modernización del acueducto Río Colorado y 100 millones irán a la rehabilitación de las plantas de bombeo de el Cañón del Matadero.  El IMSS recibirá 237 millones para la ampliación de quirófanos en la Clínica 20, pero al ISSSTE lo restringen con 55 millones menos y la CFE sufrirá una disminución de 355 millones en recursos para mantenimiento.   

Básicamente esto es lo que el gobierno federal considera que necesita Baja California para seguir creciendo.

Ninguna obra de infraestructura vial, de transporte o hidráulica para Tijuana.  Pero ¿qué tal el Tren Maya? Allá invertirán casi 140 mil millones de pesos.

Tanto dicen el gobernador y la gobernadora electa que Baja California “está en el corazón del presidente”, que ya lo estábamos creyendo, hasta que conocimos el presupuesto.   

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