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Muy recomendable
3.5Nota Final
Historia
Guion
Ritmo
Actuación
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Hasta que alguien le dio profundidad a una historia de Godzilla, y fue el director Takashi Yamazaki que en un esfuerzo por respetar la historia, el contexto y las tensiones de Japón, post segunda guerra mundial, escribió y dirigió una historia equilibrada donde se puede empatizar con las víctimas, con las historias y con la comunidad en riesgo en Godzilla Minus One.

Es Japón en la década de los 40, donde conocemos al piloto militar Koichi Shikishima, interpretado por Ryunosuke Kamiki, quien ha regresado a Japón con la desdicha de no haber cumplido con su misión como kamikaze en la Segunda Guerra Mundial y poco pudo hacer en la primera aparición del mítico monstruo marino Godzilla; además que vive el duelo de haber perdido a su familia. Mientras la destrucción avanza, Koichi le brindará ayuda a Sumiko Ota, interpretada por Sakura Ando, y a la pequeña Noriko Oishi, interpretada por Minami Hamabe, quienes formarán los lazos para integrar una nueva familia. Los sobrevivientes buscarán fraguar un plan para derrotar a Godzilla y Koichi se sumará para enmendar su nombre como piloto militar, en una misión que se antoja contra todo pronóstico.

El estilo japonés de contar una historia que genuinamente es asiática se siente refrescante. Yamazaki logró equilibrar todos los elementos y a los personajes en un drama lleno de acción. Cada personaje tiene una subtrama que respalda sus motivaciones y su objetivo de estar en la historia, incluso brindan argumentos para preocuparnos por su bienestar y sobrevivencia ante la amenaza.

Por el idioma y el estilo de actuación, se puede sentir exagerado o muy dramático, pero realmente está en el tono ideal para quienes gustan del anime y reconocen el estilo oriental de desarrollar las historias donde hay pasión, acción y aventura.

Los efectos especiales combinan los trucos prácticos con los gráficos producidos en computadora, en un estilo que directamente evoca a los Power Rangers o a Mazinger Z, es tan risible como disfrutable, pues ya una vez entrados en la convención, la trama y la dirección es consistente en el ritmo y tono en una aventura que se siente auténtica, genuinamente estremecedora.

Minus One nos plantea preguntas interesantes, como las misiones kamikazes en entregar la vida por una visión de país; sobre el compromiso familiar de regresar y mantenerse con vida; de la ayuda comunitaria, y del duelo y la salud mental.

A diferencia del Godzilla de Hollywood, en donde todo es un pretexto para escenas de acción, guiones de baja profundidad y despliegue de efectos especiales. En Minus One, Godzilla tarda en salir a cuadro, pero cuando luce se nota que hay más corazón que CGI, hay una preocupación por crear la tensión y el drama necesario para que nos importe la vida de nuestros protagonistas y veamos al monstruo marino como una amenaza incomprensible y difícil de vencer.

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