Los constantes asesinatos que vemos en Tijuana, donde ya se está cerca de llegar a los mil asesinatos tan sólo en lo que va del 2022, no es algo lejano al resto del país, lo mismo vemos recientemente en Playas de Rosarito en Baja California, como también en Veracruz, Tamaulipas, Sonora, Michoacán y la gran mayoría de los estados de la República Mexicana donde se han registrado un sinnúmero de crímenes que han encendido las alarmas de preocupación en todos los sectores de la población.

La tan mencionada estrategia de “Abrazos, no balazos” que con combo y platillo anunció el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue muy cuestionada desde un principio, sin embargo, decidió poner oídos sordos y continuarla con los resultados visibles hasta ahora, el país se cae a pedazos en materia de seguridad pública.

Hemos visto a un Ejército moralmente derrotado, usurpado en sus funciones, humillado en las calles por los mismos criminales a quienes AMLO ofrece abrazos y uno que otro regaño a sus mamás por dejarlos salir de casa a delinquir.

Y es precisamente en este escenario, en el que el reciente asesinato de curas jesuitas en México, fue la gota que derramó el vaso, ya que de inmediato el sector religioso del país levantó la voz y así hemos visto cómo el propio Presidente de la República llamó “hipócritas” al clero que pide un cambio de estrategia y un cese a la violencia que impera prácticamente en todo México.

Pero el Presidente no quiere escuchar, menos ver, que su estrategia ha fracasado y los resultados que en algún momento prometió se verían reflejados con el despliegue de la Guardia Nacional, la Marina y el Ejército, nada han logrado cuando tienen la instrucción muy clara de no utilizar las armas ante los grupos criminales con los cuales se topen durante sus respectivos patrullajes.

Ahí tenemos un ejemplo claro en Tijuana, donde en días recientes fueron agredidos a balazos un oficial de la policía municipal y un elemento del Ejército Mexicano que le acompañaba en la realización de tareas de inteligencia en una de las zonas más complicadas en materia de seguridad pública en esta ciudad fronteriza.

Esa situación de caos que prevalece en México, se vio ya reflejada en la reciente encuesta difundida por el diario nacional El Financiero, donde entre otros datos, revela que el 54% de los mexicanos considera que la estrategia de seguridad pública no está dando los resultados prometidos por AMLO, frente a un 23% que opina que sí los hay, lo que sin duda desnuda que incluso entre sus propios aplaudidores ya no ven con buenos ojos la violencia que impera en el territorio nacional.

Y es que no es para menos, estimado lector, el sol no se pueda tapar con un solo dedo, y el tiempo menos, pues ya han transcurrido cuatro años de Gobierno de AMLO, y contabiliza 121 mil 655 asesinatos, mismos que corresponden a 118 mil 192 homicidios dolosos y 3 mil 463 feminicidios (homicidios en razón de género), hasta el 20 de junio pasado, lo que equivale a un promedio de casi 3 mil personas asesinadas cada mes, superando así a las administraciones de Felipe Calderón Hinojosa e incluso al mismo Enrique Peña Nieto.

Los números de la encuesta no mienten, un 64% de la población mexicana considera que los asaltos y robos se han disparado en 2022, mientras que el 67% cree que los homicidios también van al alza y un 72% asegura que los homicidios subieron considerablemente.

La situación en el País tiene preocupados a todos los sectores de la sociedad, pues imagínese Usted estimado lector, un 48% de los mexicanos considera que el principal problema que enfrenta México es precisamente la inseguridad, se trata del porcentaje más alto registrado desde diciembre de 2020, lo que nos deja más que claro que la estrategia de “Abrazos, no balazos” es un rotundo fracaso.

Lamentablemente para AMLO, la misma encuesta de El Financiero, también revela que además de estar reprobado en seguridad (67%), la población también lo reprueba en Economía (50%), y en su principal bandera de su gobierno que es la lucha contra la corrupción, también resultó reprobado con un 50% de la gente que considera muy mal manejo contra un 34% que lo aprueba.

Ahora entonces usted entenderá por qué en Tijuana y en Baja California la situación es la misma en cuestión de seguridad, si quien lleva las riendas del País no puede contra el crimen, menos entonces podrán la Gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda y la Alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero Ramírez, todos ellos emanados de las filas de Morena.

Sin embargo, la tolerancia de la gente tiene un punto medular, y desafortunadamente para los gobernantes en turno, ya llegaron ahí, a encontrarse con el reproche de todos los sectores de la población ante las excusas al pasado que trillan en los discursos de los actuales gobernantes, incluido AMLO.

Súmele Usted que golpear al clero en estos momentos tan complicados que enfrenta nuestro País, pues no abona en nada, porque nos guste o no, México sigue siendo en su mayoría católico, y con todo y las acusaciones de abusos a menores por parte de algunos curas, la Iglesia sigue siendo una de las instituciones respetadas por la sociedad, así que muy caro le ha salido al Gobierno de AMLO y a Morena llamar “hipócritas” a los curas por exigir un alto al crimen que tiene a este País en los peores momentos de inseguridad de la historia.

Ojalá que por el bien de todos nosotros, se corrija pronto el rumbo de este País, se dé un giro de timón que contrarreste los números rojos que se registran en materia de seguridad, porque si esto no ocurre entonces como sociedad no queda más remedio que organizarnos y hacer un frente común para contrarrestarlo, al tiempo. Escríbeme a estrada.maldonado.ismael@gmail.com, nos leemos muy pronto.

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