Ernesto EslavaEncanto es un musical ambientado en Colombia, los personajes tienen un tono para hablar, comen arepas y viven en una selva donde hay tigres y guacamayas. Cada ingrediente cobija a una referencia de los desplazados y la violencia que existe en Latinoamérica. El resto de la historia es una trama forzada sobre la magia que da una vela a una familia.
En Encanto la protagonista es Mirabel, una mujer que es la tercera generación de una familia Madrigal que fue bendecida por una vela que les otorgó poderes mágicos para ayudar a proteger a una comunidad escondida en el pueblo Encanto en donde habitan generaciones de desplazados. Mirabel es la única de la familia que no tiene poderes mágicos y la presión y burla que recibe por sus seres queridos la llevan a investigar las razones de sus visiones futuristas en las que la familia Madrigal pierde sus poderes.
Lo agradable de la historia son los colores, la ambientación, la música. Todos los elementos dan alegría del ballenato, de la salsa y de la cumbia. Los paisajes y las texturas nos transportan a Colombia y si existe un ambiente envolvente que hace que los espectadores puedan participar y bailar. Los musicales son amenos y bastos, Disney regresó a la dinámica de que todos los problemas se pueden resolver con una pieza musical y una coreografía.
Como musical, Encanto cumple. Cada una de sus canciones los harán cantar o bailar y hay probabilidades de que alguna de las piezas sea recordada al salir de la sala de cine. Pero Encanto está a nivel de Moana, ninguna de sus piezas musicales, coreografías ni historia es del tamaño ni calidad de Frozen.
La historia me pareció forzada, es complicado de explicarla, tanto que es complicada llevar la cohesión, lógica y fuerza de la trama. Encanto trató de ser complicada y digerida para el público familiar y terminan siendo historias fáciles y superficiales.
Lo que me decepcionó es que la película esté ambientada en Colombia y perdieron la oportunidad de darle un mayor peso a las mariposas amarillas de Gabriel García Márquez. No vi a la cultura Colombia, solo vi clichés colombianos y elementos. Por eso creo que es una historia genérica ambientada en Colombia por tanto es difícil compararla con Coco en la que sí se trabajó en que la historia fuera mexicana. Pensemos que si Encanto hubieran comido empanadas argentinas, la historia podría ser argentina.
Encanto sí es disfrutable, amena y familiar. Dudo volverla a ver pronto aunque si salí de la sala cantando “aquí no se habla de Bruno”. Claramente la vi en español.