Coco llegó para ocupar el reinado del Mictlán y del corazón de los mexicanos. Seamos honestos y reconozcamos que Disney Pixar logró identificar y procesar el tradicional Día de Muertos y retratar usos, costumbres y clichés en una historia llena de melancolía, amor y familia. Hoy es indispensable visitar la obra de Lee Unkrick y de Adrián Molina que durante seis años recopilaron información junto con los guionistas Jason Katz y Matthew Aldrich, que lograron articular en una trama familiar.
Coco es la historia de Miguel, un niño que sueña con ser músico pero su familia tiene una fuerte animadversión con el mundo artístico luego de que su tatarabuelo abandonó a su hija, Mamá Coco, por seguir sus sueños de componer, cantar y tocar la guitarra. En un día de muertos en México, Miguel se adentra al Mictlán y descubre la verdadera historia de su tatarabuelo y de la canción más famosa de un legendario cantante, “Recuérdame”.
Coco capturó la esencia del Día de Muertos. En la película se explica el paso al inframundo y la visita de los seres queridos al mundo terrenal mediante el puente de cempasúchil, siempre y cuando su fotografía sea colocada en el altar con la ofrenda de comida y el perro para ayudar a cruzar el umbral que nos divide a los vivos de los muertos. En esencia, Coco nos habla de la melancolía, del recuerdo, de los sabores, olores, colores, sonrisas y anhelos compartidos.
Los mexicanos somos muy melosos y cálidos y reconocemos en la historia que nuestros valores positivos se encuentran en una tradición que homenajea a quienes nos antecedieron, anhelamos un reencuentro y sabemos que algún día nos volveremos a apreciar.
Las referencias a la cultura mexicana son invaluables, los homenajes a Pedro Infante, Jorge Negrete, al Santo y Cantinflas son emocionantes. El gusto por la comida como vehículo y muestra de amor y cuidado es un detalle más que suma y acumula un gran cariño que refleja la película.
Hablar de la banda sonora es enaltecer el trabajo dirigido musicalmente por Michael Glancchino, que también se involucró en películas como Up, Ratatouille, Rogue One, Star Trek y Light Year. Pero en Coco de 2017 se logró lo que no se lograba desde Toy Story de 1995, canciones como Un poco loco y Recuérdame que trascendieran, que funcionaran en la vida cotidiana de los espectadores y de la narrativa de la película.
Hoy es difícil no cantar Recuérdame en Día de Muertos, hoy es difícil no suspirar al ver a Mamá Coco cantar con Miguel en la escena climática final.
Atrás quedó la noticia de que Disney quería registrar de su propiedad el Día de Muertos y quedaron fuera las demandas de películas mexicanas que quisieron aprovechar y hacer películas similares. Los mexicanos en cualquier parte del mundo entregamos a Coco nuestro sentimiento y corazón. Un poco triste que la historia no haya sido contada por un mexicano o producida en nuestro país, pero tal vez ese sea el mensaje paralelo de Coco, que para apreciar lo que tienes en México, debes moverte a otro mundo.