Las mejores urbes del mundo se caracterizan por la especial atención que ponen al momento de desarrollar sus obras integrales que impactan de manera significativa en movilidad urbana.
En ese sentido internacional, predominan ciudades como Ámsterdam, Copenhague, Singapur, Londres, Nueva York y Río de Janeiro. Tan sólo en México podemos destacar al Valle de México, Saltillo, Guadalajara, León y Toluca.
Cuando hablamos de movilidad urbana nos referimos estimado lector, a aquellas acciones que un Gobierno pone en marcha para resolver de fondo el problema de los congestionamientos viales producto de sobrepoblación y excesivo uso de autos y transporte público, que sumado a la falta de accesos viales estratégicos, prácticamente representa un grave problema por atender por parte de nuestras autoridades.
Y en ese sentido, a lo largo de su historia Tijuana ha intentado dar pasos hacia la movilidad urbana, algunos más grandes que otros, por allá sin duda sobresalen obras como el famoso PIRE a base de concreto hidráulico que en su momento impulsó el exalcalde Jorge Ramos en su administración 2007-2010 y que vinieron a transformar la imagen de por lo menos 42 bulevares principales que se ahogaban con un sinnúmero de baches que era el malestar diario de todos los tijuanenses.
Desde ese entonces, las administraciones municipales también intentaron darle un alivio a Tijuana para desahogar los conflictos viales, por allá también se recuerda al exalcalde Juan Manuel Gastélum pavimentando con concreto hidráulico el bulevar Cucapah.
Y los más recientes Gobiernos vinieron a querer hace lo propio, como en su momento lo decidió el exalcalde Arturo González Cruz, quien contempló la reconstrucción a base de concreto hidráulico del bulevar El Rosario, enclavado en una de las zonas más complicadas en movilidad urbana: Santa Fe.
Desde su inicio el martes 4 de Mayo de 2021, los residentes de la Zona de Santa Fe vieron con muy malos ojos el tan anunciado proyecto que vendría según las autoridades, a agilizar en gran medida el tráfico vehicular.
El Gobierno de Tijuana anunció que serían 5 meses de trabajos hasta concluir la obra, por lo que según la proyección de las empresas responsables Roma y Crisol estarían terminando en octubre de 2021.
Obviamente la fecha de conclusión no fue la anunciada, la lentitud de los trabajos y las largas filas para entrar y salir de Santa Fe terminaron por agotar la paciencia de los residentes que vieron pausa y no avance en la obra.
Con decirle estimado lector, que llegó al Gobierno la actual Alcaldesa de Tijuana Monserrat Caballero y tuvo que llegar a pagar varios millones de pesos a las empresas constructoras que alegaban falta de pago por parte de la autoridad municipal.
Según los datos anunciados en su momento por el XXIII Ayuntamiento de Tijuana, la obra consistiría en la ampliación de 3 carriles por sentido a base de concreto hidráulico, con vida útil de hasta 20 años, iniciando en carretera libre Tijuana-Rosarito hasta Bulevar Paseo Banderas.
Las prisas, la falta de pago, y la intención de anunciar pronto una obra de movilidad urbana ante la proximidad de las elecciones pasadas, hicieron que una obra tan pequeña de 2.5 kilómetros terminara siendo tremendo dolor de cabeza.
La obra que estimaba reducción de tiempos de espera de hasta el 50%, con un mejor ordenamiento vial, costaría al erario 92 millones 210 mil 293 pesos con 97 centavos.
El 16 de diciembre de 2021, el Gobierno actual de Monserrat Caballero informó que la obra quedaría concluida el 20 de diciembre, cosa que tampoco ocurrió y por si fuera poco terminarían finalmente en enero de 2022, lo que tampoco ocurrió.
El 24 de enero el gobierno de Monserrat Caballero informó que la obra contaría con una glorieta justo en la intersección del bulevar El Rosario y Paseo Santa Fe, según para desfogar el tráfico vehicular de la zona. Se dijo que era una de las cinco alternativas para la solución del conflicto vial.
Fueron varias notas que se llegaron a leer en medios de comunicación por parte de representantes de comités de colonias y fraccionamientos de la Zona de Santa Fe, que pedían se agilizaran los trabajos del bulevar El Rosario y se desistiera de la intención de construir una glorieta, pero el gobierno no escuchó, como tampoco lo hizo con la falta de banquetas adecuadas para que personas con alguna discapacidad pudieran transitar sin problemas.
Usted puede recorrer las banquetas y darse cuenta que la vialidad que todavía no se inaugura porque la veda electoral no lo permite y porque la tan anunciada glorieta marcha lenta en su construcción o porque aún no saben qué monumento instalar ahí, tiene una serie de obstáculos para el peatón en general, entre ellos postes de luz y cajas de registros que no deben estar ahí pero ahí siguen.
Una obra mal planeada, con retrasos en sus pagos, sin debida supervisión en su ejecución y lo más preocupante, que la glorieta realmente venga a ser un alivio para desahogar el tráfico vial que por años es y representa el principal problema que enfrentan lo más de 70 mil beneficiarios residentes de la zona de Santa Fe.
Sólo nos queda más y más paciencia para ver qué sucederá en los próximos días con todos los inconvenientes que esta obra ofrece en estos momentos a sus usuarios. Nos leemos pronto, escríbeme a estrada.maldonado.ismael@gmail.com