Sin presupuesto para operar es como se inauguró el «Santuario Migrante» el último día de gobierno de Jaime Bonilla Valdéz, que dejó severamente endeudado al Estado de Baja California que ahora administrará Marina Del Pilar Ávila Olmeda. A pesar de carecer de recursos, el «santuario» ya está operando.
La primera familia de migrantes hondureños que permanecieron durante aproximadamente un año en Tijuana, regresaron a su país de origen, subsidiados por el Ayuntamiento de Tijuana. Se trata de la familia Argueta Castro, integrada por 6 personas, padres e hijos, quienes permanecieron en el campamento de El Chaparral 4 meses.
El Santuario Migrante, obra del gobierno estatal, tiene capacidad para 140 personas, es decir, albergará a alrededor de 33 a 35 familias completas de migrantes, ya que se trata de un proyecto de atención a núcleos familiares (padres e hijos), donde se les brindará seguridad y cobijo.
«Este santuario significa que todos los migrantes son bien recibidos, que somos un lugar de migrantes, que los queremos, y que queremos protegerlos y organizarlos; este albergue en particular, que es una obra del gobernador Jaime Bonilla , tenemos otros, alrededor de 15 que están trabajando con nosotros», destacó la primera edil.
Caballero Ramírez dijo, que hay buena disposición de los migrantes que se encuentran en El Chaparral para movilizarse a los albergues; señaló que ya se tiene una lista de algunas de las familias que están decididas a ser trasladadas, lo que representa un avance porque para el gobierno municipal es importante resguardarlos, «no encerrarlos, ni cercarlos, cuidarlos».